Los ciudadanos del gobierno de coalición están acostumbrados a los desacuerdos entre el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Economía, a veces con leves desacuerdos y en otras ocasiones con el intercambio de declaraciones públicas. Lo que viví el viernes El pasado alcanza otra dimensión. Las acusaciones de Yolanda Díaz contra Carlos Corpus fueron un paso más allá, y hay quien piensa que cruzaron la línea de lo políticamente correcto: Díaz acusó a Corpus de interferir en sus competencias. Dijo que era «una mala persona», en referencia a quienes se oponen a reducir la jornada laboral a media hora diaria, algo que segundos antes había incluido el responsable de Economía. El Ministerio de Economía reaccionó rápidamente, con un tono menos beligerante y sin avivar la trifulca. «Reducir la jornada laboral a 37,5 horas es una prioridad para el cuerpo de ministros», afirmó el gabinete en un comunicado enviado a los medios tras la entrevista de Díaz. en la radio nacional esto revolucionó el espíritu entre los miembros del poder ejecutivo. Es el enésimo capítulo de una delicada lucha que comenzó inmediatamente después de la formación de la coalición y en la que surgieron muchos desacuerdos, algunos silenciosos, otros a bombo y platillo. Las tensiones sobre las diferencias ideológicas y el significado de las medidas continuarán hasta principios de 2025.
El choque entre ambos miembros de la ejecutiva recuerda a las tensas relaciones que la exvicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, mantuvo con el líder de Sumar durante la última legislatura. En los primeros cuatro años del gobierno de coalición, hubo en ocasiones acusaciones mutuas muy graves entre los dos líderes. Pero en público siempre intentaron no mostrar la distancia que los separa, para no dañar a la coalición.
Este último episodio llegó a la opinión pública pocos días antes de que Partido Laborista presentara su acuerdo con los sindicatos para reducir la jornada laboral a 37,5 horas durante todo el año, rechazado por la patronal. Ffuentes sumarias Llamaron la atención sobre la intervención porque varias voces del PSOE manifestaron públicamente que preferirían una aplicación gradual de la reducción de jornada sin la obligación de hacerla efectiva en 2025 (como propone el acuerdo de gobierno). Corps defendió esta posición en varias entrevistas a principios de este año sin especificarla en detalle, lo que preocupó a Díaz porque contradecía los acuerdos con los sindicatos. En él, el ministro extremeño, además de analizar la buena evolución de la economía española y los datos macroeconómicos, también se pronunció sobre la reducción de jornada o El próximo aumento del salario mínimo.. Y estos dos últimos temas son responsabilidad directa de la vicepresidenta Díaz.
«Esta propuesta que estamos poniendo sobre la mesa debe tener en cuenta dos realidades importantes: la realidad de la economía española y por supuesto también la realidad de las negociaciones parlamentarias o de los balances en el Congreso. Debemos conseguir una propuesta coherente con lo que queremos». Lo hemos hecho en ocasiones anteriores, muy ambiciosos en los objetivos y muy equilibrados en el propio diseño”, afirmó Cuerpo en la Cadena SER el 1 de enero. “Lo que dijo el ministro es que quiere cambiar el acuerdo con los sindicatos”, interpretó Díaz en su entrevista en Radio Nacional el 3 de enero. “Esto es muy grave y no va a pasar, te lo digo. Sé que el PSOE está actualmente en contra de la reducción de jornada, eso no lo puedo entender”, añadió el líder laborista.
Pese a los evidentes y públicos desacuerdos entre empresas y sindicatos sobre el contenido del texto, incluso en cuestiones como la solicitud de trabajo a tiempo parcial, el ministerio de Díaz presentó el acuerdo a los centros 20 de diciembre. La líder laborista defiende que el texto acordado con los sindicatos es «sagrado» y que esta negociación es su responsabilidad, aunque cuando se presentó el texto aún no había consenso entre las diferentes sensibilidades económicas de la coalición. Eso lo hace más complicado el proyecto de ley pasar por el Consejo de Ministros tan pronto como lo desee el Partido Laborista. Esto no sucederá en la reunión del Gabinete de esta semana, pero ambos ministerios esperan que suceda en breve, preferiblemente antes de finales de enero.
Fuentes de La Moncloa atribuyen el reciente desacuerdo a la necesidad de Díaz de capitalizar su trabajo. Aseguran que el proyecto de Sumar no salió como esperaba. Se siente sola y aislada ante la presión de Podemos del otro lado y necesita más exposición para revivir su proyecto político. Por otro lado, el equipo de Díaz acusa a Corps de querer ganar importancia. Recuerde que heredó un Ministerio de Economía con menos poderes que su predecesor. Ahora está al mando Montero, y Cuerpo, con su bajo perfil político, tiene que hacer previsiones y valoraciones económicas. Por eso, argumentan, hay que demostrar que influye más de lo que se ve.
El departamento de Díaz defiende la importancia de activar el proceso ahora para que el recorte se aplique en 2025, ante el complicado trámite parlamentario que queda por delante. La semana pasada, Díaz volvió a hablar con el líder de Junts, Carles Puigdemont, para convencerle de que apoyara la reducción de jornada. El Cuerpo también se pronunció al respecto y se refirió a la “realidad parlamentaria”. Esto significa que es difícil que el enfoque acordado con los sindicatos y rechazado por la patronal reciba el apoyo de los partidos de derecha que tienen mayoría en el Congreso. Pero en respuesta a esta queja, el Partido Laborista recuerda que puede cambiar el texto en la legislatura. Ayudas a pymes que se han salido del acuerdo debido, entre otras cosas, a la negativa de los empresarios como uno de los principales argumentos. Y este rechazo parlamentario no fue excusa para no aprobar otros proyectos en el Consejo de Ministros hasta que se hicieran cambios en retrospectiva para tener éxito en el Congreso.
“Somos el país de más rápido crecimiento de la OCDE, con una productividad que crece más del 2,5%. Permítanme decirles que estamos hablando de acortar la jornada laboral en media hora diaria. “Es casi como si fueras una mala persona si hoy le dijeras a los trabajadores de nuestro país que te niegas a acortar tu jornada laboral media hora cada día”, añadió Díaz. Ha llamado especialmente la atención este último comentario, el uso del término “mala persona”, que fuentes gubernamentales califican de “ataque personal”.
El Ministerio de Economía destaca que la intención de reducir la jornada laboral es un proyecto conjunto y que el Cuerpo está plenamente comprometido con este objetivo. “Debemos seguir compaginando el crecimiento con la conquista y fortalecimiento de derechos. Para el Gobierno y el ministro de Economía, acortar la jornada laboral es el próximo logro”, defiende el departamento que dirige el Cuerpo.
Ecos de batallas anteriores
“No puedo entender por qué un ministro socialista rechazaría un acuerdo con los sindicatos. Me parece muy serio un acuerdo sobre el diálogo social. Esto nunca había sucedido antes”, dijo Díaz el viernes en Radio Nacional. En realidad, este escenario se ha dado en una política diferente, mucho menos amigable con los medios: el reglamento de becasOtro acuerdo entre Trabajo y sindicatos, sin la patronal (y también contra la oposición de los rectores universitarios), presentado hace más de un año y medio y aún sin aprobar.
El mismo día de la presentación del pacto, fuentes empresariales y de Moncloa afirmaron que el texto era “verde” y que faltaba “trabajo técnico”. El estatuto fue presentado pocas semanas antes de las elecciones generales, cuando ya se sabía que se celebrarían el 23 de julio. Sin embargo, aún no ha sido adoptado por el Consejo de Ministros. En aquel momento, las riendas de la economía estaban en manos de Nadia Calviño, que ocupaba el cargo de vicepresidenta primera, un escalón por encima de Díaz, la vicepresidenta segunda. Calviño también fue maestra de ceremonias de la Comisión de Delegados para Asuntos Económicos (CDGAE), el cónclave en el que los subsecretarios preparan las medidas y cambios legislativos que luego se transmiten al Consejo de Ministros, lo que le otorga un gran poder. De esta forma, el equipo de Calviño consiguió “recortar” algunas disposiciones de la reforma laboral o de las subvenciones porque consideraban que podían perjudicar el progreso económico.
Cuerpo heredó el cargo de Calviño pero no la vicepresidencia principal. Tampoco dirige la CDGAE, pero la relación del Cuerpo con la vicepresidenta primera María Jesús Montero, que ahora controla la agenda, es más fluida que con Díaz. En los últimos días ha recibido el apoyo total de varios compañeros socialistas, como la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz, o la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Díaz también chocó con Calviño, precisamente de la prestación por desempleo A principios del año pasado en otro debate con acusaciones públicas. Al final se alcanzó un consenso en el seno del Gobierno, pero fracasó en la legislatura por el rechazo de Podemos. Luego de que se implementara un cambio solicitado por los Lilas, meses después se introdujeron los nuevos soportes. La presión del equipo de Ione Belarra es otro elemento clave a considerar en lo que queda de sesión legislativa.
Diferentes gradaciones del salario mínimo También estuvieron precedidos de opiniones disidentes de diversa intensidad, así como del análisis de la resolución del Consejo de Europa sobre la reclamación de la UGT a la indemnización por despido española. Estrasburgo ha decidido que España no cumple la Carta Social Europea y, en el pacto entre el PSOE y el gobierno de Sumar, se compromete a adaptar la normativa a este texto. El Partido Laborista ha dejado muy clara su intención de llevar a cabo reformas. lo que la economía rechazapor considerar que este contrato ya se está cumpliendo.
