Se llama Amazon Go, y tiene algunas ideas que tienen el potencial de revolucionar la manera en la que hacemos la compra. Lo que se oculta bajo este nombre es la primera tienda física de Amazon, que no tiene cajas registradoras ni colas.
La clave del asunto está en tu smartphone y en un complejo sistema de cámaras que registran todos tus movimientos desde el momento en el que entras en el establecimiento. Al entrar es preciso que nos identifiquemos con una cuenta de Amazon válida simplemente pasando el teléfono móvil por unas máquinas a la entrada.
A continuación elegimos los artículos que queramos y los vamos metiendo en una bolsa o los llevamos tal cual. Las cámaras y sensores repartidos por el local identifican exactamente qué es lo que estamos comprando. Cuando terminemos solo hay que salir tranquilamente. Al franquear la puerta, la aplicación de nuestro smartphone envía una señal, y los productos que hayamos comprado se cargan en nuestra cuenta Amazon.
La ventaja para el cliente es clara, pero ¿cuál es la ventaja para Amazon? la respuesta es retorcida. Al aceptar comprar en una tienda llena de sensores gobernados por algoritmos nos convertimos en sujetos de estudio voluntarios para la compañía. La cantidad de información que se puede extraer es considerable.
¿Por qué compramos un producto y no otro? ¿Cómo influye la posición en la estantería? ¿Cuál es el mejor sitio para situar productos de compra compulsiva… Ya conocemos muchas de estas respuestas, pero el proyecto de Amazon promete refinar el marketing en el punto de venta hasta extremos desconocidos actualmente.
En otro orden de cosas, los empleados que trabajan en las cajas registradoras harían bien en ir adquiriendo otras habilidades profesionales porue su trabajo acaba de entrar oficialmente de empleos en peligro de extinción. La primera tienda Amazon Go está abierta ya, pero solo funciona para empleados. El primer establecimiento para el público general abrirá sus puertas a comienzos de 2017.