¿Es necesario tener muchos años de experiencia para tener un negocio propio? La respuesta es no. Actualmente, en el mundo de los negocios, no hay edad para emprender (Leer: Emprendedores menores de 30 años). De hecho, resulta mejor comenzar más temprano que tarde. Y un ejemplo de ello es el emprendimiento de Telémaco Suárez, quiteño de 24 años y creador de The Lab.
The Lab, como su nombre lo indica, es un laboratorio. Pero un laboratorio de perfumes. A diferencia de otros mercados donde los perfumes ya están fabricados, The Lab brinda la oportunidad a sus clientes de crear su propia fragancia en ese mismo momento. “El cliente escoge todo, combina la esencia y la fabrica a su manera”, indica Telémaco.
Dos elementos son necesarios: el aceite de perfumería y el alcohol. Al combinar estas dos materias primas, el cliente obtendrá su perfume personalizado. Pero el proceso no termina ahí. A más del perfume, uno también puede escoger el envase.
“Nosotros importamos las fragancias desde Francia y usamos un alcohol nacional de buena calidad”, asegura Telémaco.
Otro valor agregado de este emprendimiento son sus precios. Por ejemplo, un perfume de 50 ml de The Lab cuesta 24 dólares; a diferencia de uno extranjero que llega a costar entre 100 a 200 dólares en el país. Y su p
The Lab, de un sueño frustrado a un sueño logrado
The Lab se pensó hace dos años. Esta idea se originó gracias a una sesión olfativa de esencias que tuvo Telémaco en Colombia como parte de su antiguo empleo en una importadora de edulcorantes. A partir de esa visita, él quiso sacar el laboratorio de esencias que vio en Colombia para traerlo al área comercial en nuestro país.
Sin embargo, el proyecto como tal, tuvo un mal inicio. Y por poco casi no inicia. Si bien la idea fue producto de ese viaje, el proyecto se creó en una clase de emprendimiento que tuvo en su universidad. “El profesor me dijo que la idea no iba a funcionar”, comenta Telémaco, quien tras pasar por ese mal rato, decidió de todas formas confiar en su idea.
Y eligió bien. Con un año en el mercado, The Lab -a modo de franquicia- cuenta con varios locales: seis en Quito, uno en Ambato, otro en Ibarra y uno en Riobamba. Tienen pensando poner un local en Guayaquil a futuro, pero por el momento se dedican a asegurar los locales que tienen en la sierra.
La inversión de 20 mil dólares (necesarios para abrir un local) se ha ido recuperando eficientemente debido a la gran acogida del producto y su concepto: perfumes personalizados. Aunque la acogida resulta a veces limitada por otros públicos: los empresarios.
A diferencia del dinero que suele ser uno de los primeros problemas que afronta un emprendimiento, para Telémaco este no ha sido su mayor dificultad, sino su edad. Con 24 años, él ha tenido que sacar adelante su emprendimiento en contra de las inseguridades que su edad ha generado en las personas.
Por eso uno de los consejos que le brinda a los jóvenes emprendedores en creer en sus ideas. Según Telémaco, “en todo trabajo bien hecho, lo ultimo que te va a faltar es el dinero”.
Próximamente lanzarán su línea de ‘acordes’ en perfumería. Los acordes son grupos de familias olfativas: así, uno puede elegir todas las fragancias cítricas, otro puede elegir orientales, etc. Los acordes, asegura Telémaco, van a ser un elemento importante para “personalizar más el perfume”.