Sherman es un robot de escritorio que cumple con dos funciones: Indicar la hora. La otra es hacerte sonreír, un trabajo tan complejo como útil, ¡todo un superpoder!
Sherman fue concebido por la firma suiza MB&F y elaborado por la marca relojera de origen francés L’Epée 1839. El aparato es resultado de la campaña continua de Maximilian Büsser por recrear su infancia, durante la cual anheló contar con un amigo robot.
¿Cómo funciona?
La mecánica del androide se basa en un movimiento de octava con escape en línea de L’Epée 1839, es decir, un mecanismo que garantiza que el amigable reloj de mesa pueda mostrar la hora exacta en su pecho durante más de una semana sin tener que darle cuerda.
Pero Sherman no es solo un reloj dentro de un robot, sino que es un reloj-robot integral y holístico. Cada una de sus partes tiene una función especial. Por ejemplo, los espaciadores del movimiento hacen de hombros para sostener los brazos y sus ojos son las cabezas de los tornillos que mantienen el regulador.
Por su parte, la bóveda de vidrio soplado que forma la cabeza permite ver su cerebro mecánico que es, en realidad, el regulador que controla la precisión de la medida del tiempo del robot.
Por si fuera poco, los brazos de Sherman son manipulables y pueden colocarse en prácticamente cualquier posición, mientras que sus manos pueden sostener cosas como plumas y llaves.
Y a pesar de que no camina, las bandas en los pies del androide son totalmente funcionales por lo que, “con ayuda de un amigo”, puede rodar sin problema sobre el accidentado terreno de la típica mesa de despacho.