Hace veinte años, cuando el formato VHS reinaba en los hogares de todo el mundo, alquilar una película podía ser algo farragoso e implicar multas si no se devolvía en el plazo establecido.
Precisamente la frustración de Reed Hastings ante una sanción de una cadena de videoclub fue el germen para un nuevo negocio más acorde con las necesidades del consumidor.
Este profesor norteamericano aprovechó la irrupción de un nuevo formato físico de vídeo en 1997.
El DVD, para crear uno de los primeros modelos de alquiler por suscripción en internet.
Las dimensiones de estos discos ópticos eran perfectas para ser enviados por correo sin ser dañados e introducía algo novedoso por la época: el catálogo online, así nacía Netflix.
Reed Hastings
Tras graduarse con honores en la primavera de 1983, emprendió vuelo hacia Suazilandia, donde se dedicó a enseñar matemáticas en un colegio durante dos años con las Fuerzas de Paz.
Una agencia federal independiente de Estados Unidos que envía voluntarios a 70 países del mundo y fue fundada por John Kennedy.
Fue durante esa estadía cuando comprendió la verdadera penetración que tenía la TV en la sociedad:
«Mientras estaba viajando por África, vi cuánta gente amaba la televisión. Podías estar en medio de la nada, que una televisión era la posesión más preciada».
Su camino como emprendedor comenzó al poco tiempo y con éxito, ya que su primera empresa, Pure Software, remontó vuelo rápidamente. Hastings admite que la cultura corporativa de Netflix está influenciada por los errores cometidos en su primer proyecto.
A los cuatro años, la startup debutó en la Bolsa y luego fue adquirida por Rational Software por u$s750 millones.
Durante ese lapso conoció a Marc Randolph, que se desempeñaba como responsable del área de marketing de la firma.
Con aquellos millones, Hastings decidió volver a empezar de cero, esta vez junto con él.
Digitalización como clave de éxito
Casi entrados en el siglo XXI la revolución se centraba en internet.
Reed Hastings tenía en mente una nueva transformación de negocio que pasaba por la digitalización total de la compañía.
«No tengas miedo de cambiar el modelo» al igual que para otros visionarios tecnológicos como Jack Dorsey o Satya Nadella, se convirtió en uno de los mantras de este visionario que en menos de una década inició una revolución en el mercado audiovisual.
Una vez más durante la vida de Reed Hastings, su espíritu emprendedor le mantuvo alerta detectando el vídeo en streaming como una oportunidad de crecimiento.
Además, era conocedor de que la digitalización ayudaría a que el acceso a sus servicios estuviese disponible desde más lugares.
Cabe destacar que, en su primer año con servicio de vídeo en streaming, el CEO de Netflix consiguió que la compañía ganase 2 millones de suscriptores y comenzase su expansión internacional.
Sin embargo, la otra cara de la moneda que ejemplificó la falta de adaptación y derrota de un mercado físico obsoleto fue la declaración de bancarrota de Blockbuster.
Inteligencia artificial
La plena expansión de Netflix a nivel internacional ha estado aparejada a la producción de contenidos propios fácilmente reconocibles. Reed Hastings no solo ha apostado por personalizar el catálogo en sí, sino también por servirse de los últimos avances para adaptarse a cada usuario.
Así es fácil que los espectadores se pregunten cómo es posible que la compañía acierte con la sugerencia de nuevas series y películas.
Adaptarse es precisamente la clave sobre la que Hastings articula el uso de la inteligencia artificial para traducir todo el big data que surge de la actividad de los usuarios.
Él mismo destaca el valor de la información que genera cada usuario para, a través de un algoritmo bien optimizado, ofrecerle el contenido que mejor se ajuste a sus intereses.
La mayor lección de todo el periplo empresarial de Reed Hastings es su constante alerta ante cualquier elemento innovador.
La mayoría de ideas emprendedoras pueden sonar alocadas, estúpidas y poco rentables, pero luego serán un éxito.- Reed Hastings
Fuente: forbes