Los emprendedores en Ecuador deben tener en cuenta que vivimos en un Estado regido por leyes y, de la misma forma que sucede con la sociedad civil, el mercado está regulado por una serie de obligaciones. En términos del negocio y para decirlo claro: todo aquel que realice una actividad comercial, sea de servicios o venta de productos, tiene que declararlo al Servicio de Rentas Internas (SRI). No hacerlo significa someterse a sanciones, que van desde multas hasta la clausura del negocio. Por este motivo, a continuación vamos a desglosar las más comunes razones por las que se puede dar una clausura del SRI.
En un operativo realizado a finales de marzo en Guayaquil y en algunas localidades de la Costa ecuatoriana, la Autoridad Tributaria clausuró 143 establecimientos del sector turístico (varios de ellos restaurantes) por no emitir facturas ni ningún tipo de comprobante de ventas. Esta es una de las más comunes razones por las que un negocio puede ser clausurado por el SRI. Se realiza mediante un fedetario (un notario u otro funcionario que da fe pública) quien, haciéndose pasar por un cliente cualquiera, efectúa una compra simulada: en caso de que el local no le expenda un comprobante de venta se ejecutará la clausura. Si es por primera vez, el periodo del cierre es de siete días, pero si es reincidente puede durar diez días o más.
Otro de los motivos más comunes por los que el SRI clausura un negocio es que el contribuyente no presente las declaraciones de su actividad comercial a través de su RUC o su RISE. En este caso, el SRI envía al establecimiento una notificación preventiva de sanción, en la cual se le especifica la ausencia de sus declaraciones y, por ende, del pago de impuestos. Si en un periodo de 10 días el contribuyente no presenta su información, se procede a la clausura o multa económica, esto depende del tipo de servicio que ofrezca: por ejemplo, la ley prohíbe que se clausure una escuela o un colegio.
