Los empleados de las entidades financieras y de seguros de Madrid y los trabajadores agrícolas de Andalucía representan los dos extremos de un rango salarial que se caracteriza en España fuertes contrastes entre sectores y áreas. Según los últimos datos publicados por Hacienda, el salario de un empleado medio en el país era de poco más de 23.000 euros anuales en 2023 (último año con datos). Sin embargo, mientras el Profesionales de banca y seguros. percibieron 63.895 euros per cápita en Madrid, agricultoresLos ganaderos y pescadores andaluces recibieron sólo 7.703 euros, casi nueve veces menos. Estos dos casos son la evidencia más extrema de la existencia de una brecha de ingresos mucho más amplia y que se extiende a todas las actividades y regiones.
“Las diferencias Salarios Las mayores diferencias se observan entre los sectores más modernos, como el financiero y el de las telecomunicaciones, y aquellos con menor nivel de especialización, como la agricultura o los servicios básicos, que también suele ser el caso. sometido a un largo período de tiempo“, explica en la introducción Paola Vecino, experta en recursos humanos y selección de talento de ManpowerGroup. “Todo lo relacionado con esta especialización marca la brecha”, añade.
Para ir más al grano y no limitarnos a la anécdota de estas dos actividades en Madrid y Andalucía, podemos fijarnos en las cifras generales por sectores. En España, un trabajador medio del sector de servicios personales y de ocio ganaba 12.675 euros al año. Al otro lado de la mesa estaban los empleados de bancos y compañías de seguros cuya remuneración estatal media superaba los 40.000 euros, casi cuatro veces más.
Los trabajadores de la agricultura y la pesca (una media de 13.217 euros al año en España) y los Trabajadores de la industria de materias primas.Energía y agua (32.948 euros). También hay diferencias notables entre los empleados. que prestan servicios a empresas (18.644 euros) y el de telecomunicaciones (con 30.054 euros, siempre de media). “La productividad, normalmente ligada al nivel de formación y a los procesos en los ámbitos de la digitalización y la tecnología, moldea la retribución y moldea la realidad de cada sector”, continúa Javier Blasco, director del Instituto del Grupo Adecco.
Sin embargo, el enigma se complica aún más cuando se introduce el factor territorial en la ecuación. Un rápido vistazo a las cifras presentadas por la autoridad tributaria -que no incluyen el País Vasco y Navarra, al tener sus propios sistemas tributarios- muestra que, además del sector profesional, trascendente es la comunidad autónoma en la que se trabaja. En general, Madrid destacó como la región con los salarios más altos en 2023, con una media de 30.769 euros. Cataluña, por su parte, quedó en segundo lugar, seguida de Murcia, Andalucía y Extremadura, esta última con 18.344 euros.
Hay varias explicaciones para estas brechas. Por un lado, «los costes de la vivienda y de la vida se ven afectados, lo que justifica salarios más o menos altos según la zona», afirma Vecino. Esto, a su vez, crea un círculo virtuoso o vicioso en el que la dinámica salarial se vuelve crónica. Por otro lado, también hay que tener en cuenta el grado de concentración de las grandes empresas y centros industriales, lo que favorece el atractivo de determinados perfiles profesionales y la especialización de mercados específicos.
Esto significa, por ejemplo, que los empleados de Bancos y compañías de seguros. de Madrid (con los mencionados 63.895 euros per cápita de media) duplicar el salario a sus compañeros extremeños (32.892 euros), donde se encuentran las cifras más bajas de esta actividad, y ven también con amplio margen a los de las dos Castillas, Canarias y Murcia, donde los salarios medios en este sector rondan los 39.000 euros al año. Año. Algo similar está sucediendo con las telecomunicaciones. Mientras que la renta media en Madrid y Cataluña alcanzó los 44.902 y 39.667 euros respectivamente, en Canarias y Extremadura se mantuvo por debajo de los 25.000 euros, valores que también se encuentran en Ceuta y Melilla. Y si los industriales madrileños se embolsaron 36.039 euros al año, los de las dos ciudades autónomas recibieron 15.000 euros.
En el caso del sector bancario y de telecomunicaciones, prosiguió Vecino, la pronunciada división territorial se explica por la alta concentración de las grandes entidades financieras y de las principales empresas tecnológicas en Madrid y Cataluña (esencialmente Barcelona). Como ejemplo, Blasco también recuerda que en los principales centros están las grandes gestoras de banca de inversión, pero en las zonas rurales predomina un banco, principalmente vinculado a las antiguas cajas de ahorros, y cuyos clientes generan beneficios sensiblemente menores en las grandes ciudades. En los sectores de materias primas y energía, además del tamaño de la empresa, también juegan un papel relevante los acuerdos industriales y su impacto en los salarios. De ahí las diferencias entre Asturias (38.105 euros) y Extremadura (24.606 euros). Por todo ello, recuerda Vecino, País Vasco y Navarra estarían incluidos en el grupo de los países más favorecidos si las estadísticas incluyeran también sus datos.
Estas diferencias territoriales también se dan en los sectores peor pagados. Los casi 8.000 euros que recibieron los agricultores y pescadores andaluces (una cifra muy similar a la de Melilla y Extremadura) contrastan con los casi 20.000 euros que recibieron sus homólogos de Cantabria o Galicia, donde las cifras más altas se consiguen en esta industria. Esto ocurre, señala Blasco, por la relación directa entre el salario y las habilidades requeridas en determinadas regiones conocidas por sus productos delicados. como anchoas o mariscos. “Si hablamos de agricultura, no es lo mismo cultivar y cosechar cereales y hortalizas en Andalucía que producir vino tinto en La Rioja”, añade Vecino.
Algo similar ocurrió con los servicios personales y los servicios de ocio. Además de Madrid y Barcelona, los salarios más altos se registraron en Baleares y Canarias. Los dos archipiélagos están fuertemente ligados al turismo y a las actividades de ocio casi todo el año, por lo que la especialización y demanda de mano de obra es mayor. Sin embargo, los salarios más bajos se dieron en Murcia y Extremadura.
Las consecuencias de esta dinámica son claras, subrayan los dos expertos. El más obvio es el proceso migratorio. Esto sucede hacia las zonas más desarrolladas. y el paulatino vaciamiento de las zonas rurales. “La pertenencia a una comunidad u otra condiciona la vida en todos los sentidos y mucha gente busca mejores oportunidades y salarios en las zonas más progresistas”, afirma Vecino. “Todas estas brechas impactan en el consumo y la inversión”, añade Blasco. Por ello, insisten ambos, las administraciones deben esforzarse por lograr un mayor equilibrio a través de la redistribución territorial de las inversiones, la formación y las competencias profesionales. Ésta es la única manera de detener este círculo vicioso.