En tiempos de crisis está demás decir que los cobradores de deudas se vieron beneficiados, ellos han visto la emergencia sanitaria como una oportunidad de negocio y la han sabido aprovechar.
Parecería que ninguna compañía se ha salvado de las deudas en medio de la crisis por la COVID-19. Aeroméxico y Famsa tuvieron que solicitar el proceso de bancarrota en Estados Unidos (EEUU) en una apuesta por reestructurar su negocio. También a nivel personal, un sinfín de individuos se han visto en la incómoda situación de deberle dinero a alguien más.
Claro que lidiar con estas deudas no es sencillo. De acuerdo con el CFPB, es posible entrar en contacto con las instituciones y personas con las que se tienen obligaciones, para tratar de renegociarlas. Según CNBC, es importante también contactar con expertos que puedan dar consejos profesionales. Y Yo Te Presto apunta que hay cuatro consejos que se pueden seguir:
Revisar los términos de las deudas
No todas las obligaciones financieras son iguales. Las personas deben de estar conscientes de elementos como tasa de interés, montos por pagar, penalizaciones, etcétera. A veces hay gente que ni siquiera tiene en claro con qué personas o instituciones tiene obligaciones. Es crucial tener muy en claro todos estos elementos antes de empezar a gestionar las deudas.
De esta forma, se puede empezar a gestionar una estrategia para saldar compromisos. Por ejemplo, se puede empezar saldando las deudas que tienen las tasas más altas. Así, la gente puede reducir la cantidad de dinero que debe de pagar en el largo plazo. O bien, elegir las que están más cerca de saldarse para ir quitando compromisos de la forma más eficiente posible.
Consolidar las cuentas pendientes
Tal y como ya se mencionó, no todas las deudas son iguales. Como se tienen diferentes tasas, fechas de vencimiento y demás, hacerle un seguimiento puede ser muy complicado. Y entre más difícil sea seguir administrar estas obligaciones financieras, es más complejo que alguna persona pueda ver la luz al final del túnel. Por eso la consolidación es una herramienta útil.
Así como lo sugiere el nombre, esta estrategia permite combinar las diferentes deudas de una empresa o individuo en una sola. De esta forma no solo se puede tener relación con solo un único agente. También habrá menos variables que controlar en un momento dado. Incluso puede traer ventajas como una tasa de interés menor o la posibilidad de mejorar el historial.
Evitar adquirir más deudas a toda costa
Si ya se tienen pendientes financieros, la peor idea es ir y conseguir aún más compromisos. En especial cuando todo el país está en medio de una crisis financiera en la que no hay una salida visible. La estrategia de abrir un hoyo para tapar otro por lo general no funciona y puede llevar a todavía más problemas para la marca o para el individuo en cuestión, dependiendo del caso.
Además, hay que considerar que un acumulamiento de deudas puede rápidamente resultar en una situación de desgracia repentina. Si el negocio debe de hacer un gasto sorpresa (como son reparaciones o compra de equipo) o si el individuo se enferma, se elimina todo margen de maniobra con el crédito agotado. Así que la regla es tratar de sobrevivir con lo que ya se tiene.
Recortar gastos y crear fondos de ahorros
Así que sin poder adquirir más deudas, la solución más efectiva para la recuperación en el largo plazo es recortar gastos. En el caso de un negocio, puede significar el reducir el tipo de productos y servicios que se ofrecen, incluso despedir gente si ya no queda más remedio. Un individuo tendrá que ceder a algunos lujos, incluso cambiar a hábitos de consumo humildes.
Una vez que se empiece a recuperar la situación financiera, es recomendable crear un mini-fondo de ahorro para la empresa o la unidad familiar, aún si todavía se tienen deudas. De esta forma, en el futuro, no solo se podrá tener un poco de colchón para afrontar gastos sin tener que contratar más crédito. En un momento dado, puede servir para saldar los compromisos.
Fuente: Merca2.0