Los líderes mentalmente fuertes inspiran. Son auténticos y empáticos. Pero, al mismo tiempo, están concentrados, son audaces y decisivos. Ya sea que estén gobernando una pequeña empresa o que tengan a su cargo una gran organización, los líderes mentalmente fuertes tienen seguidores por su obvia fuerza interior. Piensan y actúan con valentía, se sienten seguros y sus habilidades y logros son la base de muchos de sus actos. Esto es lo que los líderes mentalmente fuertes saben:
Está bien admitir que uno no tiene todas las respuestas. Los líderes mentalmente fuertes no tienen miedo a soltar un «no sé» cuando están ante preguntas que no saben contestar. En lugar de sentirse amenazados ante preguntas inteligentes y preguntas difíciles, les gusta ser desafiados. Son aprendices de por vida que invierten su tiempo en obtener más conocimiento.
Es aconsejable reconocer las debilidades. Los líderes mentalmente fuertes no invierten su energía en enmascarar sus vulnerabilidades. Saben cuándo tienen que delegar y no tienen miedo a pedir ayuda. Se esfuerzan por mejorar sus deficiencias personales y organizacionales.
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Siempre hay margen de mejora. Nunca oirás a un líder mentalmente fuerte decir: «Ya soy lo suficientemente fuerte». Ellos reconocen que siempre hay espacio para mejorar. Hacen que la auto-mejora sea una prioridad porque saben que son líderes no por lo que hacen, sino por lo que son.
El carácter es más importante que la reputación. Los líderes mentalmente fuertes están preocupados por hacer lo correcto por ellos mismos, no por recibir el agrado de los demás. Se centran en lo que realmente importa: su carácter, sin preocuparse de lo que piensen los demás. Viven según sus valores y su autenticidad atrae a seguidores.
Es importante prestar atención a las emociones. Los líderes mentalmente fuertes no ignoran ni suprimen sus emociones. Ya sea que estén preocupados por cuestiones personales, o que estén entusiasmados por una nueva oportunidad, son muy conscientes de cómo las emociones pueden afectar en sus decisiones. Se centran en hacer frente a sus emociones y tratar con ellas de una manera sana, en lugar de escapar temporalmente del malestar.
Los líderes mentalmente fuerte se controlan a sí mismos, no a los demás. Los líderes mentalmente fuertes saben que pueden influir en los demás, pero no controlarlos. En lugar de gritar y amenazar, son un modelo a seguir. Sus esfuerzos sacan lo mejor de las personas.
Las luchas son oportunidades para crecer más fuerte. Los líderes mentalmente fuertes saben que las luchas son oportunidades para construir fuerza. Los obstáculos ayudan a convertir una organización en una empresa mejor.
Construir la fuerza mental. Los líderes mentalmente fuertes se hacen, no nacen. Todo el mundo tiene la oportunidad de construir un músculo mental. Al igual que se entrena el cuerpo para ser físicamente más fuertes, se puede realizar ejercicios que ayudarán a convertirse mentalmente más fuertes. Establece hábitos diarios saludables, con el compromiso y la dedicación, uno puede convertirse en un líder mentalmente fuerte.