Prymal es un emprendimiento guayaquileño que inició hace cuatro años de la mano de los esposos Roberto Boloña y Gabriela Viteri. Este negocio se dedica a la exportación de sombreros y carteras elaboradas a mano con paja toquilla, uno de los materiales característicos del país.
Esta empresa es reconocida por vender diseños propios y eco-amigables. Con respecto a este último punto, Prymal ha logrado posicionarse en el mercado de Eco-Luxury –únicos líderes globales de las empresas responsables del sector turístico de lujo- como uno de los estilos “más verde”.
De igual forma, en abril del 2013, este emprendimiento recibió el reconocimiento Blue Butterfly por parte de Positive Luxury, galardón que solo se le otorga a las marcas del sector de lujo que se comprometen a formar una sociedad más segura y saludable.
Según sus dueños, Prymal exporta sus productos a Europa, Estados Unidos, Asia, y recientemente acaban de entrar al mercado australiano. Además venden sus sombreros de paja toquilla en la salida internacional del aeropuerto de Guayaquil; en los centros comerciales de la ciudad (Village Plaza y la Piazza Samborondón); y también los venden desde su sitio web online.
¿Cómo inició Prymal?
De acuerdo a Roberto Boloña, quien previo a este negocio trabajaba en el sector de las importaciones, él y su esposa iniciaron Prymal tras darse cuenta que “mejor que importar cosas, era mejor exportar cosas ecuatorianas”. En su búsqueda por encontrar cuál producto resultaría idóneo para este propósito, al ver los sombreros de paja toquilla “se quedaron enamorados”.
Más allá de la belleza de estos productos, se dieron cuenta que la cultura de tejer estos sombreros de paja toquilla se estaba perdiendo. Así que como otro de los propósitos para incursionar en este mercado fue incentivar a la población mundial y local para comprar estos productos “hechos únicamente en Ecuador”, indicó Gabriela Viteri. (Leer también: Productos ecuatorianos en el Festival de Cine de Venecia).
De esta forma, y después de dos años de iniciado el emprendimiento, este comenzó a crecer. Según Gabriela, la ventaja de esto fue que Prymal tuvo una aceptación inmediata desde sus inicios, inclusive cuando la idea central del negocio era exportar el 100% de sus productos.
La razón: “lamentablemente en Ecuador la gente no lo aprecia tanto como afuera. Recientemente, la gente lo está apreciando más y se está dando cuenta que es algo suyo, y por ende lo quieren tener; aparte, para difundir el tema de que el Panama Hat no es de Panamá, sino de Ecuador”, mencionó.
En la actualidad, casi el 98% de sus ventas son del exterior.
Una de las dificultades para este negocio –aunque Roberto y Gabriela no lo ven como una dificultad, sino como una gran ventaja para seguir innovado- es la competencia que muchas veces no es muy honrada. Esto va de la mano con la dificultad de patentar los diseños que elaboran.
Según Roberto, este tema resulta ser bastante delicado principalmente en cuanto a los sombreros de paja toquilla, ya que “en el momento en que uno saca algo, pasan cinco minutos y ya toda tu competencia vio lo que tienes y lo mandan a hacer”.
La razón de este problema se da también, de acuerdo a Gabriela, porque ninguna empresa tiene su propio tejedor, sino que ellos trabajan de manera independiente y no solamente con una compañía. “Entonces sí es complicado mantener un diseño y que la gente lo reconozca como tuyo”, añadió Roberto.
Afortundamente, Prymal sí posee un modelo de sombrero de paja toquilla que sacaron para el mercado asiático y que la región lo reconoce como de su autoría. “De todas formas, la competencia es buena porque nos obliga a hacer cosas buenas e innovar”, recalcó Gabriela.
Otros de las dificultades del negocio corresponde al tema de comunicación con los artesanos. “A pesar de que son gente muy trabajadora, y pese hablar el castellano, tenemos términos distintos que dificultan el proceso de producción”, comentó Roberto.
Prymal fabrica, aparte del sombrero de paja toquilla tradicional, sombreros de colores con diferentes diseños y modelos de cabezas para atraer a más clientes. Además elabora bolsos y bufandas. Para la producción, Prymal trabaja directamente con artesanos, los mismos que se encuentran en Azuay, Cañar y Manabí.
El precio de los sombreros oscila entre los 50 hasta los 5.000 dólares, dependiendo de la calidad del sombrero. Los sombreros Montecristi son los más caros y por lo general no tienen stock de aquellos; aparte porque se demoran entre seis a 12 meses en elaborarlos. Por eso, este tipo de sombrero solo se lo ofrece bajo pedido. El sombrero más caro está en el Duty Free del aeropuerto de Guayaquil.
