El gigante informático Google abrió su primer centro tecnológico en Cuba en el estudio del artista plástico Alexis Leyva «Kcho» en La Habana, donde habrá acceso gratuito a una conexión mucho más veloz que en el resto del país y se podrán utilizar productos de última generación de la compañía.
El espacio es una especie de café Internet situado dentro de «Kcho Estudio Romerillo», donde funciona el primer sitio público de Internet inalámbrico que se abrió en la isla y el único gratis, y aunque todavía se ajustan detalles para su apertura al público, ya cuenta con unos 15 portátiles Chromebook listos para usar.
Para que este tipo de computadores personales funcione a su máxima capacidad es necesario el acceso a Internet, debido a que trabajan conectados a la nube (cloud).
Nombrado «Google + Kcho.Mor», el centro permitirá a los cubanos familiarizarse con la tecnología de última generación producida por la empresa estadounidense, como los «cardboard», unos visores de realidad virtual para móviles, provistos también por la compañía.
El espacio permanecerá abierto cinco días a la semana desde bien temprano en la mañana hasta la medianoche y acogerá a un máximo de 40 personas a la vez, con posibles limitaciones de tiempo.
La Empresa Estatal de Telecomunicaciones (Etecsa) de la isla es la encargada de proveer la conexión -costeada por Kcho-, cuya velocidad será mayor a la que hoy se oferta en los cerca de 60 puntos de wifi público en el país (1 megabyte por persona), debido a los requerimientos de los equipos.
Desde el sitio ya se realizan trasmisiones en línea o «livestreaming» de acciones educativas con la comunidad, que pueden verse en el canal de Youtube del «Museo Orgánico Romerillo» o MOR, una iniciativa de «Kcho» para la rehabilitación social y cultural de esa barriada habanera.
En un recorrido por la instalación, «Kcho» explicó a Efe que el contacto inicial con Google se produjo el pasado julio durante su viaje a Washington para la apertura de la embajada de Cuba en EE.UU, tras el restablecimiento de los vínculos entre ambos países.
Según el pintor, diputado al Parlamento unicameral cubano y reconocida figura del arte en la isla, para materializar este proyecto «hubo que derrumbar viejos tabúes y obstáculos que la Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE.UU. (OFAC) tiene en contra de las relaciones de tipo tecnológico con Cuba».