La academia de artes marciales Predador Jiu Jitsu ha logrado obtener grandes reconocimientos por su dedicación al entrenamiento constante, además de obtener múltiples medallas en competencia en Brasil y campeonatos Panamericanos, por esto su propietario que ha decidido exportar su marca al país carioca.
Para ser exactos, Predador Jiu Jitsu se inició en Guayaquil el 28 de octubre del 2008 con la llegada de Fabricio Marlos, brasilero cinta negra en Jiu Jitsu. “Antes de que venga, fui a Brasil y le dije que estábamos buscando un profesor para abrir una academia -ya que solo los cinta negra pueden hacerlo- y lo invitamos a que diera una clase demostrativa”, recuerda Publio Vásquez, de 44 años, presidente de Predador.
Vásquez, Ingeniero Comercial con un Masterado en Gerencia de Servicios de Salud, asegura que todos los asistentes quedaron complacidos y por eso tomó la decisión de abrir la academia. Cuenta que lo primero que hizo fue contratar a un especialista en marketing para crear la marca, línea gráfica y con esto listo patentó su emprendimiento.
A pesar de que las artes marciales no fueron la carrera que estudió, y que se ha dedicado por más de 20 años a vender equipos clínicos, el contacto con diferentes doctores y especialistas lo animó a crear su academia. “Entreno Jiu Jitsu desde hace cinco años, y yo les contaba que quería tener mi academia, y gracias a esas conexiones involucré a doctores, para que los chicos que compitan sean tratados como atletas y se les realice exámenes de alto rendimiento”, asegura Vásquez.
Este emprendedor cuenta que existen muchas academias de artes marciales pero la suya tiene diferentes factores diferenciadores: “Les decimos a los chicos que la academia es parte de su casa. Por eso impartimos valores, respeto, disciplina y los ayudamos a mentalizarse a que tienen que ganar en cada competencia, porque ellos no viajan por viajar, sino para traerle una medalla a la academia y a su país, ya que de esta forma se ve reflejado su esfuerzo y sacrificio”.
Recuerda que inició la academia, ubicada en la ciudadela la Garzota, con ocho, pero actualmente tiene más de 450 alumnos en las diferentes sucursales en Quito y Guayaquil, una y tres respectivamente. Asegura la inversión fue mínima, alrededor de $3.000 o $4.000 dólares, en la academia de la Garzota ya que en ese momento fue suficiente, pero cuenta que actualmente montar una se necesita alrededor de 40.000 dólares y este valor puede incrementar de acuerdo a la estructura que se vaya implementando. Tampoco tuvo que invertir en traer profesores extranjeros, solo en Marlos que es el encargado de impartir sus conocimientos a los profesores nacionales.
El primer año de funciones solo eran un grupo de amigos a los que les gustaba entrenar, pero que aún así estos “farreaban” y pasaban mala noche. A consecuencia de esto, el segundo año Fabricio les dijo: “El camino a la excelencia deportiva es entrenando”. A partir de eso, esos tipo hábitos se perdieron, recuerda Vásquez, ya que entendieron que el entrenamiento para competencia requería disciplina.
El creador de Predador considera que no es necesario gastar dinero en publicidad cuando sus propios alumnos hablan bien de la academia, además de los triunfos logrados dentro y fuera del país. Pero ese presupuesto lo invierte en sus propios alumnos auspiciandolos a competencias internacionales.
Y por ese reconocimiento que obtuvieron, sobre todo en Brasil, fue que Vásquez decidió abrir una sucursal en ese país. “Cuando le conté la idea a Fabricio le gustó mucho y era una oportunidad para realizar intercambio de alumnos y profesores”, asegura este emprendedor, quien espera abrirla antes de fin de año en la ciudad Rio de Janeiro.
Entre sus otras metas está abrir más academias a nivel nacional, ya que asegura que personas de diferentes ciudades se lo han pedido. Pretende también expandir su marca a Colombia y Estados Unidos y organizar eventos de Artes Marciales Mixtas.
