El virus Covid-19 llegó a poner al mundo de cabeza, arrasando con todo, sin ver religiones, color de piel, política, incluso status sociales.

La pandemia ha dejado perdidas irreparables, negocios en quiebra, desempleo, la economía en números rojos y el miedo de salir con «normalidad» a las calles.

Más de la mitad de los latinoamericanos, trabajaban en el sector informal, otros trabajan en grandes empresas de familias «elites» pero todo esto se vino abajo.

Las personas fueron despedidos sin reclamo alguno a su liquidación por años de trabajo invertidos.

Muchos estaban confiados en la estabilidad laboral, Millones de personas de las clases medias de América Latina están siendo arrastradas de nuevo a la pobreza.

El Covid-19 ha dejado expuesta la fragilidad de las redes de bienestar y la falta de recursos financieros de los gobiernos.

El mercado laboral en este confinamiento se ha visto más afectado en distintas partes del mundo.

La pobreza volverá

Muchos economistas afirman que la crisis ha puesto de manifiesto la indiferencia de América Latina frente a debilidades que son históricas, la dependencia de sectores de baja productividad como la minería y la agricultura, la incapacidad para incorporar más trabajadores a los empleos formales y la falta de sistemas fiscales eficaces para redistribuir la riqueza concentrada en una pequeña élite.

“Esta crisis debe servir como un llamado de atención para que nos movilicemos contra las disparidades y brechas que han redundado en un mundo cada vez más frágil”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina Felipe Sola.

Según Asier Hernando, director regional de la organización benéfica Oxfam, la pandemia podría empujar a 52 millones de personas más a la pobreza y dejar a otros 40 millones de desempleados.

“Lo que pasa con América Latina es que no tienes colchón. Si caes, caes mucho”, dijo. Eso puede romper el contrato social de la región y pudiera suponer unos años de enorme conflictividad social”.

Un golpe fuerte para la clase media

En Perú, el Congreso intentó destituir al presidente y al ministro de Economía por la falta de apoyo a las pequeñas empresas. 

En Venezuela, que ya estaba en una espiral de pobreza antes del Covid-19, las protestas por la escasez han aumentado.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 58% de trabajadores en el sector informal, no pueden ponerse en cuarentena o morirían de hambre.

Cerca de 2.7 millones de empresas, o casi el 20% de las empresas, van a cerrar según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL).

La OIT dice que 34 millones de personas ya han perdido sus empleos.

Sólo el 12% de los trabajadores latinoamericanos tienen derecho a recibir pagos por desempleo, frente al 44% en América del Norte y Europa.

Los más pobres han sido los más afectados en términos de pérdida de empleos, mientras que casi ocho de cada diez personas ya vivían con un ingreso inferior al triple del umbral de pobreza, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.

Los economistas advierten que la crisis hará que millones de personas dejen de trabajar por cuenta ajena para pasar a empleos informales con salarios más bajos, menos prestaciones y menos protección.

Fuente: Forbes

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