La literatura para emprendedores está llena de halagos, lisonjas que se transforman en motivos inspiradores para arriesgarse por un proyecto propio, pero ¿alguien te ha dicho por qué no debes emprender? Para analizar el fenómeno desde otro punto de vista, el coach español Alfonso Alcántara recoge en su blog cuatro motivos por los que alguien no debe dar el gran paso hacia su empresa propia. No es que el tipo quiera desanimarlos, no lo entiendan así, pero sí invita a una reflexión sesuda. Piénsalo así: no debes emprender porque…
- No podrás culpar a tu jefe. Alcántara pregunta, ¿cómo te sentirás cuando tengas que tomar decisiones sin consultar a tus superiores? Luego de sembrar esta duda, el coach anticipa que quizás termines echando de menos a esos jefes de los que te quejabas, porque ya no podrás culparlos a ellos si algo sale mal.
- Nadie te pondrá metas ni objetivos. El experto español sugiere que, si te descuidas, podrías encontrarte en el polo opuesto de cuando te quejabas porque las metas que te imponían eran muy altas: podrías quedarte en cero, sin ningún plan, inmovilizado, sin saber hacia dónde ir. Los objetivos los tendrás que fijar tú mismo. Y velar para que se cumplan.
- No cobrarás siempre en quincena. “Tu aversión al riesgo y a la incertidumbre pueden aflorar rápidamente si te planteas cómo vas a sentirte sin la seguridad de la nómina”, explica Alcántara. ¿Te arriesgarías a no ver un depósito en tu cuenta cada quince días?
- No podrás culpar a los demás. El coach finaliza diciendo que toda la responsabilidad de lo que pase en tu emprendimiento es tuya y solo tuya. No podrás decir que tus compañeros son ineficientes, que hay un problema con los proveedores… Todo lo tendrás que resolver tú.