Elementos que representan a la cultura ecuatoriana como monos, iguanas o monumentos característicos plasmados en un sombrero de paja toquilla con diseños originales. Esa es la propuesta de Ricardo Tay-lee Lama, un estudiante de Diseño Gráfico, de 21 años. Gracias a su primer producto -un sombrero de paja toquilla con los mencionados diseños- ha podido crear su propia marca, Monkey Jungle, que ahora vende también prendas como faldas, bolsos, carteras y camisetas.
Antes de pintar monos en sombreros, Ricardo se encontraba en su tercer año de medicina y en sus clases se dedicaba a dibujar. “Lo hacía desde pequeño en las paredes y mesas de mi casa”, recuerda. Pero una clase de anatomía, en la que dibujaba un mono con gafas y “tripiado”, fue lo que llevó a este emprendedor a reflexionar sobre su futuro.
“Un día estaba en mi casa con una amiga. Como no tenía dónde dibujar lo hice sobre un sombrero y le gustó mucho. Ella se lo mostró a una amiga que tienen una marca de jeans y me pidió que hiciera unos para su desfile y en ese momento me fui de largo”, explica Ricardo.
Con el desfile, muchas personas le empezaron a pedir sombreros y ese, asegura, fue el impulso que necesitaba. Entonces empezó a comprar más sombreros llanos y a dibujar sobre ellos. “Lo inicié solo, y así ha sido hasta la actualidad”, asegura. Hasta el momento ha invertido alrededor de 7 mil dólares, los cuales ha recuperado e incluso ha obtenido ganancias para invertir en su negocio.
Cuenta que una de las bases de su emprendimiento es ser original, ya que sin ello no podría abrirse paso y ofrecer al cliente un producto con valor agregado. “Antes de iniciar yo pintaba mis mochilas, zapatos, protectores de celular y demás cosas porque no quería tener lo mismo que los demás”, recuerda.
Para una de las últimas colecciones que sacó se inspiró en una parte del Oriente ecuatoriano, Cotococha. Pero también se ha valido de diferentes monumentos y representaciones de Guayaquil sin repetir ninguno.
Como empresario se fue dando cuenta de que no muchas personas podían adquirir su producto, por el costo – 50 dólares cada sombrero- y por eso decidió crear faldas largas y cortas, bolsos, carteras, camisetas y demás productos a un precio menor.
“Tengo planes de abrir tiendas en la ciudad- actualmente solo lo hace mediante Facebook y en una tienda en Quito- pero sé que mi target no está en el país por el costo ya que la inversión es parte significativa en este proyecto”, asegura. También comenta que las personas no desean pagar un precio justo por los productos hechos en el país, que además son originales, irrepetibles y hechos a mano.
Ricardo recuerda que uno de sus principales obstáculos cuando inició- y que lo decepcionó- fue que plagiaron sus diseños y los utilizaron en una feria de emprendedores.
Asimismo, cuenta que una de las lecciones que ha aprendido como joven emprendedor es que no puede apresurarse y querer que el negocio crezca rápido. “Ahora sé que debo ir despacio, guardar dinero y comprar sabiamente”, recalca.