A pesar de que la capacidad para hacer varias tareas laborales a la vez ha sido vista, tradicionalmente, como un atributo deseable entre los reclutadores de talento, no necesariamente es así. La revista digital especializada en negocios Inc.com señala que de hecho, la multitarea es un asesino de la productividad en las empresas, según han demostrado varios estudios enfocados en la actividad cerebral.
En 2009, por ejemplo, Clifford Nass, un investigador de la universidad de Stanford, desafió a 262 estudiantes universitarios a completar un ejercicio que involucraba alternar entre diferentes tareas, como filtrar información importante mientras atendían otras cosas a la vez. Nass y sus colegas esperaban encontrar que los estudiantes que frecuentemente trabajaban en labores multitareas tuvieran un mejor desempeño que los que no estaban acostumbrados a hacerlo.
Los estudiosos quedaron desconcertados cuando, tras verificar los resultados del experimento, encontraron todo lo contrario: los estudiantes supuestamente adaptados a las multitareas fueron los que peor desempeñaron todas las actividades. Concluyeron, entonces, que la multitarea no solo era una forma de hacer menos productivos a los empleados, sino que quienes hacen muchas cosas a la vez usan sus cerebros menos eficientemente.
Entonces, estima Inc.com, la multitarea es una debilidad, no una fortaleza. Otro estudio, hecho en 2010 en Francia, refuerza esta postura. Los neurólogos a cargo de la investigación sostienen que cuando una persona hace dos tareas a la vez, el cerebro se ocupa de cada una usando diferentes hemisferios. Esto sugiere que hacer dos cosas a la vez es el límite para el cerebro humano y que aceptar más trabajos promueve el incremento de errores por descuidos.
¿Cómo mejorar esta situación? Nass sugiere a los trabajadores que en lugar de hacer varias cosas a la vez apliquen la regla de los 20 minutos: dedicarle ese tiempo a cada cosa antes de seguir con la otra, alternando entre una misión y la siguiente. Además, la investigadora de la universidad de California, Glora Mark, recomienda dejar de tomar tan en serio el correo electrónico, dado que según una investigación que emprendió, los profesionales promedio gastan un 23% de sus días filtrando los correos importantes de los basura.