Telleing y poniendo con el freno manual o redondo. Las tres parábolas sirven para definir una tendencia: empresas que deciden revertir sus pautas de trabajo en el hogar, completamente o en parte. El año pasado, por ejemplo, Desarrollador de videojuegos de Ubisoft Anunció que sus informáticos tendrían que ir a la oficina al menos tres veces por semana. La decisión llevó a los trabajadores que han tenido un teletrabajo del 60%hasta ahora Decidieron pisar la huelga.
El caso de Ubisoft deja lecciones: un acuerdo de reversa La teletrabajo puede ser un jardín legal. En vista de los problemas en las empresas vecinas, se observaron direcciones comerciales y ahora se alquilan más en sus acuerdos telefónicos. ¿Como? Básicamente con literatura legal. Su preocupación es dejar en claro que la teletrabajo no es un derecho a ser tallado en piedra. Tampoco se ha consolidado a lo largo de los años.
Para que cuando se hayan adoptado los primeros acuerdos de teleobjetivo en la punta Detalles como el horarioControl, dirección o reversibilidad potencial, el escenario ahora es muy diferente. Las fuentes legales confirman que las cláusulas de reversibilidad se están volviendo cada vez más extensas y más detalladas. Los empresarios no ahorran en tinta para cortar brevemente a sus trabajadores. «Es más común que las empresas incluyan acuerdos sobre el régimen de teletrabajo, en el que determinan claramente que es reversible», abogado laboral del colectivo de Ronda. «Las condiciones de los acuerdos de telecomunicaciones son cada vez más en detalle», confirma el abogado.
La ley 10/2021, en el trabajo a distancia, ya deja cristalino que la teletrabajo es reversible. Sin embargo, estas cláusulas atrasadas dan a los empresarios la calma al actuar como una especie de socorrista. Si el conflicto explota, el empresario puede afirmar que el trabajo de distancia de larga duración «no es una ley adquirida, sino una concesión organizacional». Es una forma de salvar reclamos, explica Maldonado. Alberto Fernández Irízar, socio de trabajo de la compañía Broseta, está de acuerdo en que los acuerdos de teleobjetivo se examinan en milímetro, ya que las compañías han aprendido a elevar sus muros legales desde la llegada de Sopeton. «Después de haber pasado casi cuatro años desde la publicación de la Ley de Telequería, las compañías han aprendido los principales problemas que normalmente aparecen en tales situaciones», dice el abogado.
Por ejemplo, las cláusulas son más comunes, como las que permiten el monitoreo de la pantalla del empleado o verificar las transiciones de tiempo. O aquellos que imponen la obligación de estar disponibles de inmediato en la oficina si el jefe recoge el teléfono y lo reclama. Otra cláusula de moda es la que está brevemente junta Geográficamente hablando para ser geográfico, Por ejemplo, la prohibición del trabajo en una región diferente. «Es común encontrar prohibiciones expresas como la imposibilidad de proporcionar servicios de una provincia que no sea la basada en el centro de trabajo», aparte en Fernández Irízar.
Las restricciones en la conexión en el extranjero se han vuelto comunes que pasan por alto a los nómadas digitales que desean trabajar frente a una playa en Bali. Las empresas no quieren tropezar dos veces con la misma piedra, porque no debemos olvidar que el éxodo de la oficina de muchas quejas con los trabajadores fue la gasolina. Después de mudarse a casa Para huir de las grandes ciudades, para hacer alquileres inasequibles o para acercarse a la familia, se negaron a obedecer el comando para el regreso.
El argumento de estos operadores rebeldes es que la cara facial obligatoria tenía derecho a elegir dónde vivir o forzarlos a separarse de sus familias. En 2023, el Tribunal Superior de Madrid arrojó este argumento al suelo y asumió que la medida no incluye un pasaporte VIP para teletrabajar. Para la Cámara, el artículo 34 de la Ley de Empleados, que regula el bautismo como un día de la carta, no toma esta opción. Otro problema ahora es solicitar un cambio del día para las necesidades de arbitraje, que el empleado debe probar.
¿Es reversible?
«La teletrabajo no es un derecho adquirido», dice Victoria Caldevilla, responsable de Andersen Iberia. Eso significa que la empresa puede cambiarlo. Pero debes juzgar un matiz importante, los mercantiles tienen que usar «causas justificadas». Este detalle es la clave porque obliga a los empresarios a sentarse con los empleados y negociar, proponer alternativas, instituciones y, en última instancia, a llevar a cabo su rechazo a los motivos de peso organizacional.
«Se debe acordar voluntariamente y por escrito entre empresas y empleados. Cualquier cambio, incluida la reversión del trabajo, debe acordarse entre las dos partes. La Compañía no puede imponer una manera única, a menos que haya una cláusula específica en el acuerdo o acuerdo que lo permita», enfatiza el abogado.
Pero tenga cuidado cuando diga que el empleado rebelde que se niega a regresar a la oficina puede ser una mala decisión. «Tendríamos que estudiar solo a tiempo o si es un comportamiento repetido», dice María Royo, socia de los abogados de la AGM. El Consejo de este abogado de operación es que los acuerdos de teletrabajo tampoco están de acuerdo con un régimen de penalización detallado en caso de no ingresos para que las empresas no tengan el dedo.
Un agujero en los acuerdos
El trabajo en casa se ha convertido en un problema de discusión conjunto en la negociación colectiva. Fernando Luján, subsecretario de la Guía de la Unión de UGT, encuentra que cada vez más acuerdos desglosan la pequeña presión de estas pautas internas y determinan los detalles, p. Según las estimaciones de la Unión, se firmaron nuevos acuerdos colectivos en 2023 que regulan el trabajo de distancia.