El estrés crónico en el trabajo o en nuestra vida personal nos hace olvidar de ciertos detalles que, por su simplicidad, las obviamos porque no cumplen con el nivel de “exigencia” que solemos definir para nuestras metas.
La verdad es que en muchas ocasiones la respuesta está en lo simple, siempre y cuando esto nos guíe al mejor camino del éxito.
Famel Vasquez, Diplomado superior en Proyectos de Desarrollo y autor de libros de liderazgo, explica mediante una historia, el significado de la velocidad de lo simple:
En el escritorio del jefe siempre habían tres hojas únicamente en lo que llevaba su gestión. No importaba la cantidad de trabajo, obligaciones, compromisos o reuniones que tuviese, siempre había solo tres hojas.
A pesar de esta supuesta simpleza, sus resultados eran extraordinarios y era muy difícil que el jefe se equivocara en algo.
Un día, un empleado no soportó más la intriga y se acercó a preguntarle sobre el porqué de las hojas y de su contenido.
A lo que el jefe respondió:
– “Es simple, y por su simpleza me funciona muy bien.
La primera lleva como título «QUÉ», y es la lista de todas mis actividades de la semana.
La segunda se titula «POR QUÉ» y lleva escrita la razón del porqué estoy haciendo lo que hago, con un enfoque principal en las actividades de la hoja anterior.
Y para terminar, en la tercera hoja se detalla el «PARA QUÉ» y habla de mi visión, de los resultados que me traerán las acciones que tomo en la primera, motivadas por las razones de la segunda” -.
Tras esta explicación, el jefe añadió:
– “Para muchos, es tan simple que parece infantil la forma en cómo llevo mi gestión, pero tengo bien claro que un buen ‘POR QUÉ’, hace más fácil cualquier ‘QUÉ’. Esto lo aplico a todas las áreas de mi vida, porque en lo simple está la velocidad de resultados”.
*Texto escrito por Famel Vasquez.