En la era en la que vivimos el streaming , el marketing y la publicidad deben adaptar nuevas estrategias para así conectarse con su audiencia, es decir llegar al público de un modo diferente.
El streaming nos lleva a un nuevo tipo de acceso a los contenidos y este ha reducido el peso de la publicidad.
En la televisión tradicional la audiencia recibía contenidos de forma lineal, con pausas publicitarias intermedias que servían a las marcas de
escaparate de sus productos.
En el VoD (video en demanda) la publicidad es mucho más limitada; es más, no se puede controlar bien cuando los consumidores verán el contenido, los programas de los diferentes canales tienen su respectivo horario.
Esto quiere decir que el contenido bajo demanda deja que se consuman cuando el usuario quiere.
Para esto los responsables de las compañías debes crear o reajustar estrategias ¿Qué hacer y cómo? llegar a su objetivo «la audiencia» y así poder transmitir sus mensajes.
La publicidad tradicional ha entrado en cierto modo en crisis, puesto que la migración de las audiencias ha hecho que un formato que ya estaba lastrado por el exceso de minutos publicitarios y la saturación de los consumidores haya entrado en una situación todavía más compleja.
Estudio de marca
Un estudio reciente de Magna, Roku e IPG Media Lab ha descubierto que, más que los anuncios tradicionales adaptados a un nuevo soporte, las compañías deberían empezar a apostar por formatos de experiencia de marca.
Estos son igualmente anuncios – y se sirven como tales – pero tienen un añadido extra. Son pasarelas para acceder a contenidos gratis y
añadidos (ejemplo, las marcas ofrecen experiencias gratis y añadidas como códigos para ver películas gratis o series) que encajan en el entorno en el que se sirven (servicios de streaming).
Resumiendo, son aquellos anuncios que «dan algo de vuelta a los individuos» que les resulta útil.
El formato no solo aporta valor añadido a los receptores, sino que además logra un buen engagement para los anunciantes y les permite mejorar cómo miden resultados y cómo gestionan los datos de su público.
De hecho, las conclusiones del estudio apuntan a que el 61% de los usuarios que han conectado con uno de estos tipos de anuncios es más probable que se fíe en el anuncio en sí
En un 33% aumenta la probabilidad de compra del producto anunciado y en un 48% la apreciación de la marca que sirve ese anuncio.
También aumenta la visión positiva de la marca detrás del anuncio de forma general.
Para un 75% de los usuarios es más probable que compren ese producto y para un 87% que vean a la marca de un modo más favorable.
Por supuesto, todas estas experiencias ganan si son personalizadas y ajustadas a los intereses de los consumidores.
Cualquier formato que escojas estará bien siempre y cuando no se siga apostando por anuncios tradicionales, no se puede reciclar la publicidad de la televisión normal y lineal e intentar servirla en el entorno de los contenidos bajo demanda.
Si esa es tu estrategia pues fallará porque la estructura es diferente sino también porque lo que el usuario espera y quiere lo es.
Fuente: puromarketing