Desde el 20 de enero de 2025, el mundo ha entrado en una nueva realidad geopolítica global. La inauguración de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos marca el comienzo de una era aparentemente cambiante de gestión internacional.
Trump tomó decisiones casi de inmediato, que formaron un componente central de su campaña política. Estas decisiones están relacionadas principalmente con la política de inmigración de su país, como las redadas en centros de salud, escuelas, iglesias y lugares de inmigración masiva, la proclamación de la emergencia nacional en la frontera sur, la abolición de la ciudadanía a través del nacimiento y su solicitud. para la pena de muerte por ciertos crímenes cometidos por inmigrantes sin documentos.
Esta situación es compleja para la comunidad migrante latinoamericana que vive en los Estados Unidos. Sin embargo, un grupo importante respalda estas nuevas medidas de inmigración. De hecho, el 45 % de la comunidad latina votó por Trump, con el argumento de que esta política restauraría el orden público y evitaría los problemas sociales que se deben a la política de inmigración del gobierno anterior.
Las perspectivas son aún más difíciles para Ecuador. Más de 800,000 personas nacidas en este país viven actualmente en los Estados Unidos, aunque estima que este número podría exceder un millón. Si también analizamos las cifras de migración ecuatoriana desde 2017, encontramos que el número de ecuatorianos emigrantes se ha cuadruplicado en 2024. Según el Ministerio del Interior, 94,000 ecuatorianos abandonaron el país en 2024 y no regresaron.
Esta situación no solo tiene efectos sociales, sino también económicos. En 2024, Ecuador recibió alrededor de $ 6 mil millones en transferencias de migrantes. De estas transferencias, el 72 % proviene de los EE. UU., 16 % de España y 3 % de Italia. Este flujo económico es de importancia crucial, especialmente cuando considera que las inversiones extranjeras directas en Ecuador no superaron los $ 300 millones en el mismo año y que el déficit presupuestario alcanzó $ 3 mil millones. Por lo tanto, las transferencias se han convertido en un ingreso básico para la economía ecuatoriana maltratada.
En este contexto, la política antihiking de Trump debería ser una preocupación principal del gobierno ecuatoriano. Según el Banco Mundial, la economía de Ecuador disminuyó en un 0,7 % en 2024 y solo tres de cada diez ecuatorianos tienen un empleo adecuado. Si la situación es complicada y se deporta a una gran cantidad de ecuatorianos, el mercado laboral ecuatoriano no podría registrarla, lo que conduciría a un aumento en el desempleo, los problemas sociales y posiblemente los indicadores de pobreza.
Es esencial que las autoridades ecuatorianas estén trabajando de manera proactiva para hacer frente a esta situación y garantizar medidas que protejan tanto a los migrantes como a la economía nacional en un momento de incertidumbre global. (CUALQUIERA)