Cuando Marcelo Alvear pasó a hacerse cargo del emprendimiento de su familia, la importadora L. Henriques, la empresa tenía 37 años en el mercado pero no contaba con más de cinco colaboradores. Era 1977 y a partir de ese momento las cosas empezaron a cambiar para este negocio: experimentó un crecimiento tan vertiginoso que hoy por hoy L. Henriques emplea a más de 180 personas y cada año realiza importaciones por casi 18 millones de dólares. ¿Cómo este emprendimiento se ha mantenido durante más de 70 años en el mercado, llegando a erigirse como una de las más reconocidas importadoras del país?
Habiendo heredado valores fundacionales, una de las primeras decisiones que derivaron en lo que es hoy en día esta importadora fue la expansión del modelo de negocio a otros mercados. Alvear se dio cuenta de que los mismos proveedores con los que trabajaban en el sector industrial también ofrecían productos de diferente índole. Gracias a esto, L. Henriques se introdujo en otras áreas. Primero, en el 84, la expansión se dio en el mercado ferretero, luego añadieron otros dos sectores: el automotriz y el de servicios (traen marcas como Nutrabien, 3-en-uno, Super Bonder, entre otras).
“Si nos hubiéramos quedado atendiendo solo el mercado industrial no tendríamos el tamaño de empresa que tenemos ahora”, reflexiona Alvear, quien atribuye la decisión estratégica de “evolucionar” como clave para cualquier emprendimiento. Sobre este tema, el presidente de L. Henriques arguye que el ciclo de vida obliga a las empresas a repensar sus actividades: “Uno se lanza al mercado, se desarrolla, alcanza su plenitud y después de eso empieza a declinar; lo que hay que hacer es un relanzamiento, pero en base a los mismos principios y valores en los que uno cree”.
Además de mantenerse firme en sus principios, Alvear considera como otra de las claves en el mercado tener ventaja competitiva frente a los competidores. Para cumplir con este apartado, L. Henriques se ha propuesto darle suma importancia a su “cadena de valor”, el conjunto de procedimientos que se realizan dentro de la empresa para poder cumplir con cinco obligaciones internas: ofrecer atención personalizada a los clientes, rapidez en las entregas, marcas de calidad, inventario adecuado y garantía efectiva.
Con estos cinco puntos específicos, esta importadora ha logrado imponerse en el mercado al punto de que –según Alvear- los clientes saben que un producto es de calidad solo con saber que es L. Henriques quien lo importa.