“Kunga nace para ser un apoyo en la crianza de los bebés, para quitarnos esa mala creencia de que es una malcriadez acostumbrar a los brazos al bebé, cuando es una necesidad”, indica María José Silva, la mentalizadora del portabebé elástico que se adapta al cuerpo, permitiendo que la madre pueda pasar junto a su hijo mientras realiza sus actividades diarias.
En el 2006, ella viajó a Alemania y Suiza a visitar unos amigos y fue ahí cuando vio una manera diferente de cargar a los bebés: un tipo de portabebé que permitía a la madre y a su pequeño estar juntos, sin incomodar a ninguno de los dos. Quedó fascinada como doctora y como mamá porque sabía que el contacto durante los primeros meses del bebé es vital para forjar su confianza, autoestima y seguridad y para suplir las necesidades de afecto y protección del niño.
Su primer hijo, quien nació luego de hacer su internado, ya tenía 1 año y 8 meses, así que no pudo probar el sistema visto en Europa con él; pero cuando nacieron su segunda y tercer hijo fueron las ocasiones perfectas para ponerlo en práctica.
“Me di cuenta que no quería dejarle al cuidado de un tercero, no quería perderme eso tan rico que es cada día verle aprender algo nuevo (…) Yo decía cómo le dejo y me pierdo todo lo que mi bebé va a comenzar a hacer (…) Por eso no seguí [ejerciendo la medicina] pero me ha servido en Kunga para poder contestar preguntas de mamás, asesorarlas y darles un apoyo postparto”
María José Silva, emprendedora quiteña
Apartada de las salas de cuidados intensivos y de las demandantes jornadas de los hospitales porque no quería perderse la mejor etapa de la vida de sus pequeños, María José tuvo la idea de compartir con la comunidad esta revolucionaria manera de llevar al bebé.
Fue así como, con la ayuda de su suegra quien tenía experiencia en confección de ropa, hizo pruebas para crear un portabebé elástico con amarre africano que se pudiera comercializar; y lo bautizó como Kunga, por la voz quichua con la que las indígenas llaman a la tela en la que cargan a sus niños.
Comienza la aventura para dar vida a Kunga
Luego de ver diferentes tipos de tela, hacer muestras y probar qué tan cómodo resultaba usarlo, comenzó el trabajo previo a salir a la venta.
Su esposo, ingeniero industrial, la ayudó con la parte numérica del proyecto. Un cuñado y un primo que son fotógrafos hicieron las fotos, mientras que una prima diseñadora se encargó de crear el logotipo y el material gráfico para el producto. Así mismo, su padre que es contador, la ayudó con la parte de las cuentas; y su tío, abogado, con los detalles legales.
De esta manera, en febrero de 2009, María José comenzó a distribuir su portabebé Kunga a través de Fybeca. Dos meses después los Kunga ya estaban en Bebemundo, cadena que más tarde le solicitó el que sería su segundo producto: las almohadas para embarazadas. En enero de 2010, estas salieron al mercado; y seis meses después, ya estaba en perchas la almohada para dar de lactar.
A la par, María José oferta sus productos en www.kungaecuador.com y en su fanpage de Facebook, donde mantiene una comunicación frecuente con las usuarias de Kunga, resolviendo inquietudes sobre sus productos y sobre diversos aspectos del embarazo y la maternidad. “La gente no solo necesita un producto sino un poco de apoyo, de saber cómo criar al bebé”, refiere la joven emprendedora quiteña.
Al momento Kunga cuenta con cuatro productos en su catálogo: el kunga portabebé ($36), la almohada para embarazadas ($36), almohada para dar de lactar ($30) y los calzones entrenadores ($13 por el paquete de tres). A estos se suman los forros para las almohadas, que son un complemento.