Howard Schultz nació el 19 de julio de 1953 en Brooklyn, Nueva York, en el seno de una familia muy humilde. Es el mayor de tres hermanos, su infancia estuvo marcada por los problemas económicos, luego que su padre, un conductor de camiones, tuviera un accidente en el trabajo, lo que ocasionó que pierda el empleo con el cual sostenía a toda su familia.
Schultz obtuvo una beca deportiva para poder asistir a la universidad, aunque después decidió que no jugaría al fútbol, y para pagar la universidad, lo hizo a través de préstamos estudiantiles, los cuales fue pagando gracias a que buscó varios trabajos. Trabajó como camarero y también ganaba algún dinero extra vendiendo su sangre.
Fue el primer miembro de su familia que asistió a la universidad, cursó sus estudios en Canarsie High School y se graduó de licenciado en Comunicaciones en Northern Michigan University.
Después de su graduación en 1975, Schultz pasó un año trabajando en un albergue de esquí en Michigan a la espera de inspiración. No sabía lo que quería hacer con su vida, aunque finalmente decidió incorporarse en el programa de capacitación en ventas de Xerox, donde consiguió experiencia en llamadas en frío.
Se dedicó a las ventas durante 3 años, lo cual le dio esas “tablas” que más adelante le ayudarían en los negocios.
Starbucks
Schultz dejó finalmente aquel trabajo y comenzó a trabajar en Hammarplast, una empresa propiedad de la compañía sueca Perstorp, cuyo negocio era la venta de artículos para el hogar.
Allí, consiguió prosperar profesionalmente, ascendiendo a vicepresidente y gerente, liderando equipos de vendedores en la oficina de Nueva York.
Gracias a aquella empresa, tuvo el primer contacto con una pequeña empresa llamada Starbucks, cuyo negocio principal era la venta de café a los particulares.
En aquellos tiempos, Starbucks únicamente tenía 3 tiendas, las cuales estaban situadas en Seattle. A Schultz le llamó la atención cuando le pidieron un número inusual de cafeteras.
Schultz quiso conocer a los dueños de aquella empresa, y se quedó sorprendido de la pasión que aquellos hombres tenían por su producto: el café gourmet.
A los 29 años, Schultz persuadió a uno de los socios de Starbucks para que le contratara como director de operaciones, ventas y marketing.
El destino de la compañía Starbucks cambió para siempre cuando enviaron a Schultz a visitar a un proveedor en Milán, Italia, pues fue allí donde encontró la pasión por el buen café italiano: espresso, cappuccino…
Shultz volvió de Italia con muchas ideas para aplicar a la compañía y revolucionar el sector de las cafeterías en Estados Unidos, pero los fundadores rechazaron las ideas que proponía Shultz.
En 1985, Schultz decidió dejar de trabajar en Starbucks, debido a que tenía claro que su visión de negocio podía tener éxito, por lo que dejó la compañía para crear la suya propia, llamada Il Giornale.
Sus habilidades en negociación hicieron posible que consiguiera recaudar más de 1,6 millones de dólares para comenzar su propio negocio. Reconoce que tuvo que hablar con más de 242 personas para lograr recaudar ese dinero, 217 personas le dijeron que no.
CEO
Schultz reconoce que aquella búsqueda de financiación para crear su propia empresa, fue una de sus épocas más humillantes, sobre todo, porque no dejaba de escuchar que no valía la pena invertir en su idea de negocio.
Finalmente, Schultz estuvo dos años centrado en la apertura de varios establecimientos Il Giornale, inspirados en la cultura italiana del café, algo que sin duda, en Estados Unidos era muy innovador, teniendo en cuenta que allí el café de cafetera es prácticamente inexistente.
Tal fue el éxito de los establecimientos de Schultz que en Agosto de 1987, Il Giornale compró Starbucks por 3,8 millones de dólares, y se convirtió en el CEO de Starbucks, que en ese momento tenía 6 tiendas.
En las manos de Schultz, la compañía consiguió abrir 165 tiendas Starbucks, momento en que se decidió a sacar la compañía a bolsa, únicamente con 93 millones en ingresos anuales.
Para el año 2.000, Starbucks ya tenía un total de 3.500 establecimientos y más de 2.200 millones en ingresos anuales.
Para el año 2007, Starbucks ya tenía 7.100 tiendas en Estados Unidos, y Schultz era un hombre inmensamente rico.
Datos curiosos
Schultz es uno de los empresarios multimillonarios mejor valorados por sus propios empleados.
Decidió contratar a más de 10.000 veteranos de guerra y a sus cónyuges en un plan de contratación que durará hasta 2018. Y es que Schultz sabe lo difícil que es para los veteranos de guerra incorporarse al mercado laboral.
Asimismo, Starbucks es una empresa tan comprometida con sus empleados, siendo de las pocas que paga las matrículas universitarias a sus empleados.
Y es que Starbucks no sólo quiere que trabajes en la compañía temporalmente, sino que hagas carrera en la empresa.
De hecho, cuando habla de sus trabajadores no los llama empleados, sino socios, otorgándoles opciones sobre acciones y atención médica completa. A Schultz no se le olvida la mala situación que atravesó su padre cuando era pobre por no tener un seguro de salud.
Él quiere que ninguno de sus empleados pase por eso.
En la actualidad, Starbucks cuenta con 21.000 establecimientos en 65 países de todo el mundo. Irónicamente, solo existe 1 Starbucks en Italia.
Fuente: howardschultz