Tener éxito no es algo que se logra de la noche a la mañana. Y un gran ejemplo de cómo lograrlo es la historia de John D. Rockefeller, quien desde temprana edad empezó a trabajar para amasar los más de 600.000 millones de dólares a los que ascendió su fortuna, de acuerdo a Forbes.
Rockefeller fue un empresario, inversionista, industrial y filántropo, que se desempeñó en el mundo de la industria petrolera. Fundó y fue presidente de Standard Oil, compañía de petróleo que llegó a controlar la extracción, refinación, transporte y distribución de más del 90% del petróleo de Estados Unidos.
Es uno de los personajes más reconocidos de Estados Unidos, no solo por su carrera empresarial, sino también por tener el monopolio empresarial más grande de esa época, el cual tuvo que disolver por disposiciones legales.
Inicio de la historia de John D. Rockefeller
La historia de John D. Rockefeller empresario nació el 8 de julio de 1839 y murió el 23 de mayo de 1937, a tres años de cumplir 100 años en Nueva York. Fue descendientes de franceses que se trasladaron a Alemania en el siglo XVIII y que posteriormente llegaron a Estados Unidos en 1733.
Estudió en varios colegios públicos de Cleveland y desde pequeño demostró ser inteligente y aplicado para los negocios. Uno de sus primeros negocios fue recolectar piedras para pintarlas y luego vendérselas a sus compañeros. Las ganancias las guardaba en un frasco azul, al que denominó su primera “caja fuerte”, en la cual recolectó una pequeña fortuna de $50, que en esa época representaba bastante dinero.
Una gran lección de negocios la aprendió cuando un amigo de su padre fue a su casa a pedirle prestado dinero y John le facilitó el dinero con un interés del 7%. Tras un año recibió una suma monetaria superior a la que había dado originalmente y así es como estableció su filosofía de vida: “No trabaje por dinero, deje que el dinero trabaje por usted”.
Su primer empleo lo consiguió en una empresa de corredores y comerciantes en granos, donde trabajó sin fijarse en horarios por estar perdido en los números. A sus 18 años ya ganaba $600 anuales, pero quería un aumento. Al negárselo, decidió crear su propia firma de corretaje.
Así fundó, junto a su socio M.B. Clark, la firma Clack & Rockefeller, con la cual obtuvo $4.000 de utilidades en su primer año, mientras que el segundo cuadriplicó la suma. Dado a su buen ojo para los negocios decidió invertir en el negocio cafetalero, con lo cual aumentó sus ingresos.
Inicio del Imperio Rockefeller
Al tiempo en que su fortuna iba creciendo, lo iba haciendo su ambición y percepción acerca de los beneficios que traía la industria petrolera, por lo que decidió incursionar en el sector industrial. El estadillo de la Guerra Civil en 1861 fue la llave de su fortuna. Dos años antes, con la perforación del primer pozo de petróleo, comprendió que podía hacer más dinero con su transporte y refinación que con la explotación.
En 1863, la compañía ferroviaria del Atlántico y el Oeste extendió su línea hasta Cleveland, poniendo a esta ciudad en contacto directo con Nueva York a través de la región del petróleo. Rockefeller supo que su momento había llegado.
Con tan solo 23 años invirtió $4.000 como socio comanditario en la nueva firma Clack, Andrews & Co. Dado a la creciente mercado por el oro negro, Rockefeller decidió abandonar el comercio de granos y comprar la parte de la empresa que tenía con su amigo para fundar Rockefeller y Andrews, que se convertiría en la mayor refinería de Cleveland, con capacidad de 500 barriles por día y ganancias de un millón de dólares por año.
Con esto pudo negociar con el ferrocarril tarifas preferenciales y con este descuento pudo fundar en 1870 una nueva sociedad, con 1 millón de dólares de capital: Standard Oil.
Dos años más tarde, Rockefeller había comprado 22 de las 25 refinerías de Cleveland. Standard Oil refinaba un cuarto de toda la producción de petróleo del país. Eliminaba a su competencia y se convirtió en poderoso empresario, que refinaba el 95% de la capacidad total del país.
Su personal lo conformaba un conjunto de los más capaces financistas del país. Para este emprendedor, la elección del personal siempre había sido un ingrediente importantísimo, por lo que elegía a los candidatos más capaces y entusiastas.
La empresa fue declarada monopolio ilegal y obligada a disolverse por el Tribunal Superior de Justicia de Ohio en 1882, pero no se disolvió hasta 1899. Ese mismo año, Rockefeller estableció la Standard Oil Company en Nueva Jersy, siendo su presidente hasta su jubilación en 1911. Ese mismo año la empresa se dividió en varias corporaciones, por orden del Tribunal Superior de Justicia de Estados Unidos, que se convirtieron en Chevron, ExxonMobil, ConocoPhilips, entre otras.
Además de obtener más de 600.000 millones, también realizó aportaciones filantrópicas que alcanzaron los 550 millones. De éstos, el 80% fue a parar a cuatro organizaciones caritativas creadas por él: Fundación Rockfeller, la General Education Board, Instituto Rockeffer para la Investigación Médica (Universidad Rockefeller) y la Laura Spelman Rockefeller Memorial.