Fiat es una marca italiana de autos cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX. Con una producción de más de dos millones de unidades anuales, y siendo sus principales mercados Europa, Asia y Latinoamérica (Brasil especialmente), la Fabbrica Italiana Automobili Torino -por sus siglas en italiano- tiene una historia que está marcadamente relacionada con el desarrollo de la economía de Italia.
Por eso actualmente existen muchos desacuerdos por la reciente fusión de Fiat con Chrysler, pues la compañía dejaría atrás 115 años de historia como empresa italiana para apegarse a la ley holandesa. Ahora tendrá su sede en Reino Unido y cotizará en la bolsa de valores de Nueva York.
A continuación te presentaremos la historia de Fiat.
¿Cómo nació Fiat?
Fiat fue fundada en 1899 por un grupo de inversores que, reunidos en Turín (Italia), quisieron formar la Societa Anonima Fabbrica Italiana di Automobili Torino.
Los primeros vehículos de esta marca llevaban un motor trasero y derivaban de los diseños de Ceirano & C., fabricante italiana de coches que fue comprada por la Fiat en su formación. Sin embargo, y más adelante bajo la dirección de Giovanni Abnelli -antiguo oficial de caballería- se comenzaron a fabricar autos con motores delanteros.
Los vehículos Fiat se impusieron rápidamente en el mercado italiano e internacional al destacarse como producto de lujo destinado a una élite de consumidores.
Durante esos tiempo, Agnelli se destacó en el grupo de los inversionistas por su determinación y perspectiva estratégica. En 1902 se convirtió en Consejero Delegado de la marca, y en su puesto fomentó una vuelta a Italia en autos a efectos publicitarios.
Al estallar la I Guerra Mundial, Fiat tuvo un gran desarrollo en la producción de camiones militares, aviones, ambulancias, ametralladoras y motores para submarinos. Pero la conversión a la producción militar no cambió los planes de Agnelli, que pensaba en un gran futuro en el sector de la producción de coches.
De esta manera nació el proyecto de Lingotto en 1922, el mayor complejo automovilístico de su época en Europa; un proyecto que buscó transformar el auto de un producto de élite a un producto accesible para un público mayor de consumidores.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Fiat siguió especializada en los pequeños automóviles, pero poco a poco fue entrando en nuevos segmentos. Con la adquisición de Lancia, Autobianchi, Abarth y la Ferrari (leer: Historia de Ferrari), Fiat fue integrando al resto de la producción italiana en el grupo Fiat, fundado en 1979.
Pero fue en la mitad de esta década cuando sus modelos Seicento e Cinquecento cambiaron el rumbo de Italia, haciendo que el auto fuera un bien disponible para todos. Estos vehículos familiarizaron a los italianos con la nueva realidad del auto, siendo el símbolo mismo del «milagro económico» y de la transformación industrial.
Durante finales de los años 80 y toda la década del 90, Fiat pasó por un período muy malo en donde la quiebra era un riesgo presente en la compañía. Sin embargo, a partir del nuevo milenio, la marca volvió a crecer gracias al Grande Punto, al Bravo y al 500.
Ahora se ha convertido, de vuelta, en una empresa muy rentable, siendo distinguida como el fabricante con menos emisiones contaminantes de Europa.