Stephany Lara y Gabriel Izquierdo, llevan tres años de noviazgo de los que a uno le han dedicado su emprendimiento GuayaCake, un negocio que vende y entrega a domicilio bocaditos y tortas. Ambos, estudiantes de Hotelería y Turismo de la universidad Espol y con ganas de tener dinero por su propia cuenta, han logrado distribuir sus productos a tres tiendas.
Con el ánimo de hacer las cosas bien y seguir creciendo, estos emprendedores decidieron recientemente patentar el nombre de su negocio y se enfrentaron a problemas en el registro del IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual). Es por ello que este emprendimiento acaba de pasar por un cambio de nombre e imagen, pues anteriormente se llamaba Paradise Cake.
GuayaCake, nombre que lleva actualmente, inició vendiendo solo cupcakes, sin embargo tras la demanda de sus clientes han sumado a su menú: tortas y bocaditos de sal y dulce, cuenta Stephany de 20 años, quien es la encargada de hacer la pastelería, actividad que se la debe a su madre.
La historia emprendedora de esta pareja comenzó con la venta de minitortas por un día en su universidad y sin imaginarlo lo vendieron todo. A partir de esto, empezaron a ser reconocidos y los pedidos empezaron a llegar. “Recuerdo que mis amigas, porque esto es más de mujeres, me pedían que haga”, comenta Stephany.
Así mismo Gabriel de 21 años, quien se encarga de hacer las entregas a domicilio y llevar las cuentas del negocio, recuerda que los inicios fueron duros, pero a la vez gratificantes. Pues con el primer dinero que pudieron ganar lo invirtieron en materiales para hacer cupcakes y salieron uniformados y con tarjeta en mano a vender a las calles. “Esa vez hicimos como 140 cupcakes y los vendíamos a $1 al principio. La verdad nos compraron muy pocos, luego nos dimos cuenta que si le bajábamos el precio a $0,75 le dejábamos $0,25 al cliente para el bus y así fue como vendimos todo”, cuentan ambos sonriendo.
Estas ventas y entre otros pedidos cocieron los estudios posteriores de Stephany en el SECAP (Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional), donde tomó un curso diario por tres meses de panes, bocaditos y tortas; al que le sumó también un curso de técnicas de fondeados y cupcakes en la Escuela de Gastronomía Azúcar y Canela.
Para ambos es “bonito ver que la gente valora lo que haces, vemos que les gusta lo que hacemos, nos llaman nuevamente a hacernos pedidos y eso nos hace felices”, coinciden.
Por otro lado, el servicio de GuayaCake es ofrecer a sus clientes productos (tortas o cupcakes) personalizados, sea desde los diseños que llevan estos hasta sus ingredientes, los que pueden ser elegidos en base a la necesidad de quien lo pida. Tal es el caso que GuayaCake ha hecho un listado de ingredientes para aquellos que sufren de alergias o diabetes. “Hay clientes que a veces nos dicen que son alérgicos al huevo, o que prefieren los dulces sin gluten o con poca azúcar. Nosotros estamos dispuestos a hacerlo”, asegura Stephany.
Esta disposición mutua de dar un mejor servicio se dirige a un objetivo: “queremos en algún momento, como estudiantes de turismo, que nuestra marca sea reconocida en Guayaquil, por eso el nombre de GuayaCake. Queremos ser un referente. Nos gustaría por ejemplo en algún momento decir que el chocolate que usamos es de cacao ecuatoriano, que los turistas nos vean como una marca 100% ecuatoriana”, finaliza Gabriel.
Pedidos al: 0967992143-0968791287 / guayacake_pedidos@hotmail.com
