Los terroristas del Estado Islámico están cortos de dinero, según señala AP. Atrás quedó el momento en el que alardeó con introducir su propia moneda, ahora parece que los islamistas ya no son capaces de asumir gastos corrientes, debido a los ataques aéreos y otras medidas que han minado su estado financiero.
Antes, el Estado Islámico proporcionaba a sus combatientes buenos salarios, pagos adicionales con motivo de una boda y el nacimiento de niños por la devoción a la organización terrorista, informa la agencia. Hasta el punto que los terroristas han dejado de proveer bebidas energéticas o barras de chocolate.
De acuerdo con un activista de Raqqa, «todos los salarios se han recortado, no solo los de los combatientes. Todo servidor público, desde los tribunales hasta las escuelas, tienen salarios recortados a la mitad». Así, durante las últimas dos semanas, los extremistas empezaron a aceptar solamente los dólares de los residentes de la ciudad siria para pagar «impuestos» y las cuentas de agua y electricidad.
De acuerdo con la agencia, en busca de mejorar su situación financiera, el Estado Islámico apela a varios métodos. Así, en la ciudad iraquí de Faluya, los ciudadanos pueden abandonar el territorio previo pago de $1.000, una cantidad enorme para la mayoría de la población. Otra fuente de obtener fondos es el cumplimiento del código de vestimenta, y una fianza de $500 para quedar en la libertad tras ser detenido.