Los errores de Darth Vader en la saga de Star Wars son auténticas lecciones de liderazgo. Te contamos en este artículo cinco de los que puedes aprender.
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Concentrar demasiado el poder Darth Vader y el Emperador manejan todo.
Derrotar a los dos significa derribar todo un sistema. Repartir el poder entre más personas inferiores en la escala de gestión puede ayudar a que en caso de adversidad, quede alguien que sepa llevar el timón. Un plan de sucesión tampoco les habría venido mal. Como les advirtió Luke Skywalker unas horas antes de su desaparición: «vuestro exceso de confianza es vuestra debilidad».
Crear una cultura del miedo que resta productividad.
Comprometerse y no cumplir instando a los empleados poco menos que a dar gracias de que no hace algo peor no es digno de un buen líder. Este tipo de comportamiento agresivo como el de Darth Vader hace que la gente por no tener problemas dejen de innovar, de avanzar, lo que resta productividad y puede incluso crear rebeldes que puede salir muy caros.
Tener tolerancia cero con el fracaso.
Trabajar para Darth Vader debe ser estresante. No podrías construir una carrera laboral porque al mínimo error estarías muerto. Un buen líder no se dedica a insultar y humillar a los empleados cuando cometen errores, sino que les dan su feedback y les ayudan para que eso no vuelva a suceder. Sin el miedo a represalias, los comandantes posiblemente hubieran tomado decisiones más rápidas y efectivas.
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Tomarse algunos objetivos como algo personal.
El ejército imperial de Darth Vader parecía estar creado solamente para aplastar a los rebeldes y convertir al lado oscuro a Luke Skywalker, lo cual hizo que dejaran de lado la lucha por otras cuestiones más cotidianas. Está bien tener objetivos sólidos, pero hay que saber adaptarse a las circunstancias y ser flexible con ellos. Tratar de conseguir las cosas a toda costa a veces hace que olvidemos otras importantes.
No aprender de los errores.
La Estrella de la muerte es uno de esos proyectos que todo el mundo aplaudiría en las fases de planificación pero que luego sale mal porque no era tan genial como se estaba vendiendo. Una vez que fue destruida, Darth Vader volvió a construirla nuevamente con fallos. Esta actuación demuestra que a veces es mejor aceptar que una idea propia no es tan brillante como pensamos y seguir adelante centrándose en otros proyectos.