Estas son algunas altas y bajas de emprender un negocio en pareja. ¿Quizá ahora quieras pensarlo dos veces?.
Lo bueno de emprender un negocio en pareja:
La confianza no es problema
¿Trabajas con tu pareja? Entonces no tienes que preocuparte por confiar plenamente en ella para cualquier asunto relacionado con los negocios. Para compartir un negocio es imprescindible tener confianza en el socio y, cuando menos en teoría, tu pareja es una de las personas en las que más te puedes apoyar. ¿Qué mejor fundamento que ese para iniciar un proyecto exitoso?
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Existe empatía
Los matrimonios emprendedores comparten muchos puntos de vista, por lo que viven las altas y bajas de manera similar. Tienen mucha empatía y se apoyan el uno en el otro. Esto permite superar con mayor facilidad los baches propios de un negocio, o cuando menos, hacer más ligero un día pesado en la oficina.
Ahorro de tiempo y energía
La realidad es que encontrar un compañero de negocios puede ser desgastante. El proceso de revisar un sinfín de currículums, hacer entrevistas y ni siquiera tener la garantía de que la relación va a funcionar… Desanima tan solo pensarlo, ¿verdad? Trabajar con una pareja se traduce en un gran ahorro de dinero, tiempo y energía al eliminar esta parte del proceso.
Conexión más profunda
Es casi un hecho que trabajar proyectos en conjunto profundizará su vínculo, y por ende, fortalecerá su relación de pareja. Claro, si es que saben cómo separar los asuntos de trabajo y vida privada.
Compartir transporte para el trabajo
Hay que admitirlo: ¡ahorrar gasolina no le viene mal a nadie!
Lo malo y lo feo de emprender un negocio en pareja:
No todo es color rosa: trabajar con tu pareja romántica también tiene sus desventajas. ¿Cómo podrían complicarse las cosas?
Una línea (muy) delgada
Si no tienen todo el cuidado del mundo, los problemas del negocio podrían trasladarse fácilmente al plano personal y viceversa. Diferenciar entre los problemas de la vida privada y la profesional puede resultar un verdadero reto.
Protección en el trabajo
Para muchas parejas que lideran un negocio puede resultar difícil mantener una cultura empresarial firme. Y es que, en el trabajo, las parejas suelen protegerse unas a otras. Piénsalo: ¿se arriesgaría un empleado a decirle a su jefe que su esposa o esposo está haciendo mal las cosas?
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Falta de diversificación financiera
Trabajar en el mismo negocio hace que una familia ponga todos sus “esfuerzos financieros” en la misma canasta. Si el negocio deja de funcionar o algo sucede inesperadamente, los ingresos de ambos pueden verse seriamente amenazados. Las familias con ingresos dobles tienen la posibilidad de cubrirse en este aspecto.
¿Demasiado tiempo juntos?
Dicen que extrañarse de vez en cuando es beneficioso para una pareja. Es una realidad que los matrimonios que están juntos cada segundo del día corren el riesgo de aburrirse o hartarse. Algunas parejas agradecen tener algo de misterio e independencia en su relación.
Así pues, para la pregunta “¿es buena idea emprender un negocio en pareja?” no existe una respuesta correcta. Solo ustedes pueden saber si su relación pasará la prueba de trabajar juntos, y solo ustedes podrán definir los términos del negocio. ¡Evalúen estos puntos con calma antes de tomar una decisión!