Cuando se piensa en dominio, lo primero que se viene a la mente es el SEO, ya que el dominio no es más que el nombre del sitio que lo posiciona en la web. Por ejemplo, en la vida real sería como la calle donde estaría ubicado tu establecimiento. Depende de si es muy concurrida o poco transitada.
No se trata de nada más que un mito, ya el SEO no es lo único que importa al momento de elegir el dominio de tu web. Ya que es muy importante recordar que se trata de la identidad de tu marca. En este caso es importante definir uno que los consumidores o usuarios de la web recuerden con facilitad, además que lo relacionen rápidamente con tu producto o servicio. Existe una regla de oro para la creación de dominios, y es que debe ser corto, fácil de recordar y escribir. Es así como el consumidor no tendrá ningún problema en recordarlo.
El dominio pronto se convertirá en un punto crucial para la reputación y presencia de tu marca en internet. Esto se debe a que está muy relacionado con la identidad de tu sitio. Pues que si eliges un dominio que no vaya bien con el sitio, lo más probable es que no tenga éxito.
Para las extensiones en dominios la situación cambia un poco, ya que las extensiones se utilizan para enfocarse en un público o zona determinados. Es así que se generan dominios con .ec, .col. Mismos que están enfocados únicamente en los países a los que pertenecen. Por último, pero no menos importante, se encuentran las reglas ortográficas. Mantener una buena ortografía provocará que a tu dominio lo acepten los usuarios. Sin embargo, no siempre es malo jugar un poco con las palabras, ya que puede darse la capacidad de que encuentres un dominio llamativo y que despierte el interés de las personas.
Fuente: PuroMarketing