Con más de 21 años en el mercado, la creadora de El Secreto de la Abuelita, Adela Buljubasich, de 50 años, ha logrado mantener este emprendimiento ecuatoriano como uno de los líderes nacionales en productos para repeler insectos no tóxicos para el ser humano y animales domésticos desde sus inicios, en 1991, cuando Adela no era ninguna abuelita.
De hecho, antes de que naciera El Secreto de la Abuelita, Adela era locutora y reportera de TV, pero decidió dejar esa carrera para dedicarse a su casa. Esto coincidió con los aguaceros de un Fenómeno del Niño y su esposo tuvo problemas en el taller donde realizaba productos de publicidad. “Él tenía un contrato con el Ministerio de Salud, que le cobraba multas por no entregar los materiales a tiempo”, recuerda.
Asegura que durante esa crisis rogó a Dios que le ayudara. Cuenta que sintió una voz que le dijo: “Levántate y muévete”. Y eso fue lo que hizo: empezó a vender aretes, pulseras, camarones, hacer locuciones en off, entre otras tantas cosas.
Hasta que un día, alguien le dijo que vendiera productos para matar cucarachas, y como estaba intentando de todo, decidió probar suerte con eso. Tras comprar materia prima y elaborar un veneno orgánico –de su propia fórmula- no sabía cómo venderlo, entonces empezó a llevarlo a diferentes locales y colocarlo gratis. Una vez que los clientes veían que el producto funcionaba la llamaban y le compraban.
Ahora, Adela está segura de que la crisis que enfrentó fue la que la ayudó a crear El secreto de la Abuelita. “Si tú no tienes una crisis, no enfrentas la realidad”, opina.
No tiene una cifra exacta de cuánto invirtió cuando inició su emprendimiento, solo recuerda que cualquier dinero que llegaba a sus manos lo invertía en los diferentes negocios que tenía en esa época, entre ellos la macilla para la elaboración de El Secreto de la Abuelita.
Con el tiempo, se dio cuenta de que este último empezó a funcionar más rápido y generarle más ganancias que los otros y por eso enfocó su esfuerzo en este. Adela comenzó sola esta empresa, pero sus hermanas la ayudaban a empacar y amasar, y una de ellas se convirtió en accionista. Actualmente, junto a ella trabajan 16 personas.
Para poder llegar más rápido a más personas, creó el “Club de Abuelas” (de ahí el nombre del producto), una estrategia de marketing en la que mujeres adultas mayores la ayudaban a recomendar su producto, a cambio de una comisión en las ventas.
Recuerda que una de las abuelitas que vendía el producto le hizo conexiones para una cita con el gerente de Mi Comisariato. “Fue algo muy chistoso porque él me dijo: ‘Mi suegra me ha vendido el Secreto de la Abuelita hasta más no poder’. Y me enseñó que tenía puesta la macilla por todos lados. Le pregunté si le había sido efectiva y me contesto sí, entonces le dije: ¡Póngame en las perchas! Y a la semana siguiente empecé”, cuenta la emprendedora.
Como parte de los grandes logros que ha tenido con El Secreto de la Abuelita, cuenta Adela, es que estuvo en la Feria BioFach, la más importante del mundo en productos ecológicos, biodegradables y sustentables, que tiene sede en Brasil. Su empresa fue la única de Ecuador y una de las dos que ofrecían insecticidas no tóxicos.
Actualmente, su marca tiene presencia en Perú, además ya obtuvo el registro sanitario en Colombia y Costa Rica y está buscando distribuidores en esos países. Para ella, el querer expandirse tiene una simple lógica: si funcionó aquí, funcionará en cualquier otro lado.
Sin embargo, sabe que tiene que andar con cuidado, porque ya ha tenido malas experiencias: sufrió un plagió. “Un día me llamaron de la una empresa cubana para ver cómo distribuíamos el producto en Cuba. Me fui para allá y me entrevisté con un señor que me hizo una propuesta. Luego mandé una preforma con las clausulas, pero con el pasar de los días no obtenía respuesta, hasta que me escribieron diciendo que me agradecían mucho todo, pero que ya estaban haciendo un producto de similares características”, recuerda Adela, quien aconseja a todos los emprendedores ecuatorianos que se cuiden e investiguen antes de confiar su negocio con otras personas
Actualmente, su marca comercializa tres productos: la masilla para cucarachas que es la principal, el incienso y el repelente de moscas y hormigas. Y espera en los próximos meses lanzar un desinfectante.