Las piedras que eran visibles en el cauce del río Paute hace más de un mes ya no lo son. En tanto, una gran corriente se registra en este afluente en el trayecto de Cuenca a Paute, así como en otros ríos que llegan hasta el embalse Mazar del Complejo Hidroeléctrico Integral Paute y atraviesan más de diez municipios y varios cantones del Azuay.
Y las precipitaciones han sido constantes en la cuenca del río Paute durante las últimas semanas, lo que ha provocado que el nivel de Mazar siga subiendo y acercándose a su pico, y ha supuesto también el fin de la sequía hidrológica en Cuenca tras 160 días de sequía. La Empresa Pública Municipal de Telecomunicaciones, Agua Potable, Saneamiento y Gestión Ambiental (Stage) de Cuenca informó el 20 de diciembre.
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El embalse de Mazar subía cada hora y se encontraba a las 16:00 horas de este sábado 4 de enero a 2.133,03 metros sobre el nivel del mar, según informe de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec). La altitud mínima es de 2.098 m sobre el nivel del mar, mientras que la máxima es de 2.153 m sobre el nivel del mar.
En diciembre pasado comenzó la recuperación del nivel del embalse, que aumentó varias veces hasta los 2.110 m sobre el nivel del mar, que fue catalogado como en peligro, durante los cortes de energía entre octubre y noviembre. se acercó. Aunque el nivel mínimo oficial para el gobierno es de 2.098 m sobre el nivel del mar. mentiras. Para los expertos en energía, la altitud normal de funcionamiento es de 2.115 m sobre el nivel del mar.
La recuperación de Mazar se produce también con la puesta en funcionamiento esporádica de las tres instalaciones del complejo de Paute. La instalación que comparte nombre con el embalse, Mazar, es la que menos actividad ha registrado en los últimos días: estuvo inactiva entre el 31 de diciembre y el 4 de enero, excepto el 3 de enero; a diferencia de Molino y Sopladora, cuya producción energética fue más constante.
La central hidroeléctrica de Mazar tiene una capacidad de generación de 170 MW; Molino de 1.100 MW y soplador de 487 MW. En total, los tres pueden aportar 1.757 MW.
Por otra parte, el fin de la sequía hidrológica se inició en dos de los cuatro ríos de la capital azuaya, Tomebamba y Machángara, para luego extenderse a los ríos Tarqui y Yanuncay a finales de diciembre y en estos primeros días de enero. Los flujos fluctuaron entre preaviso, aviso y normal.
Terminó la sequía hidrológica en Cuenca tras 160 días de sequía
La tarde del jueves 2 de enero, Etapa reportó en alerta el río Tomebamba, estado en el que también se encontraba el 27 de diciembre. Asimismo, Machángara pasó de normal a prealerta el 2 de enero. Mientras que el Tarqui y el Yanuncay se encontraban en condiciones normales. Sin embargo, el sábado 4 de enero el estado de descarga de los cuatro ríos ya es normal.
A finales de diciembre, el presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Azuay, Diego Morales, explicó que la alarma en el río Tomebamba no representa un problema para la producción de energía del complejo Paute, ya que cuenta con un embalse con Una cola de unos 32 km deja los sedimentos a lo largo de todo el recorrido y se acumula. También hay trampas de arena para que no haya problemas con los sedimentos.
Estos cuatro ríos alimentan el Paute, principal desembocadura de la cuenca hidrográfica del mismo nombre, que se origina en los páramos de El Cajas y Soldados con los ríos de la capital Azuaya y confluye en esta ciudad.
Además, esta cuenca recibe agua de otros ríos como Burgay, Jadán, Gualaceo, Cutilcay y otros arroyos menores, así como de los afluentes de las seis subcuencas importantes: Collay, Pindilig, Mazar, Llavircay y Juval y Púlpito, así como ríos naturales más pequeños.
Por ejemplo, los ríos Collay y Paute -según vecinos de los alrededores- ahora «ya tienen agua», lo que se evidencia al seguir el recorrido del camino que conduce a la primera central hidroeléctrica del Complejo Hidroeléctrico Integral Paute, Mazar.
Incluso debido a las lluvias, estos ríos se encuentran cubiertos de niebla, la cual se aclara por momentos y libera el agua que se utiliza para generar energía para el país. (I)
