Quienes soñaron alguna vez con ser millonarios o multimillonarios y lo fueron, lo hicieron gracias a una combinación de duro trabajo, inteligencia y recursos.
Sin embargo, un montón de gente común posee estas cualidades y eso tampoco les garantiza el premio gordo.
El medio digital bbc.com recoge un estudio realizado en California, que describe las diferencias entre los multimillonarios y los millonarios.
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Los inteligentes y los más inteligentes
Los millonarios suelen ser muy buenos en cuanto a la comprensión de sistemas de creación de valor (lo que es lo mismo, exitosas empresas de nueva creación) y a la hora de colocarse a ellos mismos en esos sistemas de forma efectiva.
Son lo suficientemente inteligentes para entender la cultura del lugar. Asumen los valores de esa cultura y los expanden. En su mente tienen arraigada la idea de que el mundo es un lugar a medio hacer, cambiante. Y creen que pueden participar en todo ello.
En comparación, los multimillonarios ven el mundo como algo «tangiblemente fungible», que se consume con el uso y quieren mover todas las piezas del rompecabezas. Buscan fallas en el ecosistema e identifican los enormes vacíos y lo que ellos pueden aportar para sacar beneficio.
Capacidades y torpezas
La motivación principal de los multimillonarios es la pasión. «Realmente no les importa el dinero», asegura el estudio.
Esa torpeza social repercute también en su vida personal. «Los multimillonarios no esperan con ansias el fin de semana».
En contraste, «un millonario podría tener más conciencia de sí mismo, frenar para conservar su riqueza y dejarlo todo cuando aún está a la cabeza, antes de caer».
Un taburete de tres patas
Aquí el estudio define tres capacidades:
- Interior / uno mismo: un agudo sentido de dónde quieres ir y la disciplina para llegar allí.
- Otros: empatía y la habilidad de inspirar a otros.
- Exterior: la conciencia de hacia dónde va el mundo y qué se puede hacer para moldearlo.
«Los multimillonarios y los individuos con un gran patrimonio neto que conozco dominan las tres, especialmente la tercera», se escribe en la página web.
Esta tercera capacidad es la clave, pues los multimillonarios adaptan el mundo a su visión.
«Parece que no tienen miedo y que están dispuestos a mover montañas, a cambiar culturas y a presionar para modificar las reglas y alcanzar así su visión».
Mientras que los millonarios parecen pasar mucho tiempo trabajando la primera y la segunda.