La pandemia abrió paso al auge de las videoconferencias, pero lo que olvidaron los marketeros es que los eventos presenciales tienen más ventajas y el modelo presencial seguirá siendo el más esperado en esta nueva normalidad.
Con el avance de la tecnología la vida del ser humano se ha vuelto más fácil, pues gracias a esos avances ahora es posible mantenerse comunicados con casi todo el mundo a largas distancias en cuestión de segundos.
Todas esas acciones virtuales permitían llegar a un público más disperso geográficamente, uno que muchas veces se quedaba fuera de los congresos o de las conferencias porque estas tienden a centrarse en las grandes ciudades.
También se abrió la puerta a ver estos elementos en diferido, adaptándose a las necesidades horarias de los propios asistentes.
Desparece el auge virtual
Parece poco probable que los eventos virtuales vayan a desaparecer en el futuro inmediato.
Lo más seguro es que se impongan formatos híbridos y que los marketeros diseñen una estrategia con elementos que atraigan a quienes pueden asistir en persona, pero también con otros que funcionen a quienes tienen que seguirlo todo desde la oficina o desde su casa.
En primer lugar, tienen que cuidar mucho cómo hacen las cosas y qué experiencia ofrecen a los asistentes virtuales.
No puedes crear un evento con asistentes de primera, aquellos que lo están viendo todo de forma presencial, y asistentes de segunda, los que lo hacen de forma virtual.
En segundo lugar, lo importante no es solo el evento en sí, sino también la estrategia previa que lo ha dado a conocer y que ha convencido a la potencial audiencia de que participe, de que reserve ese tiempo para asistir a tu evento.
En los eventos físicos, suele desplegarse una artillería de marketing previa para convencer de su relevancia. Lo mismo debe hacerse con los digitales.
Fuente: puromarketing