El no querer trabajar para nadie más y tener su propio emprendimiento ecuatoriano fue lo que impulsó a Nathalie Prado, de 24 años, a abrir su propia línea de ropa, Dear One, hace un año aproximadamente.
Desde el inicio supo que no era material para trabajar para alguien más, ya que se considera una persona de poca paciencia y por eso decidió ser su ser su propia jefa. Empezó con el apoyo de su enamorado, que le dio su primera inversión, 2.000 dólares, para poder comprar las máquinas de coser.
El amor por la moda fue algo que sentía desde pequeña. Recuerda que ella se encargaba de hacerle la ropa a sus Barbies con retazos de telas que le daba su costurera.
Pero cuando le tocó tomar la decisión de estudiar una carrera de tercer nivel no estaba segura si estudiar diseño de moda o de interiores, pero optó por el de moda, que luego complementó con diseño grafico y audiovisual, además de asistencia gerencial y relaciones públicas. Asegura que todos sus estudios fueron planificados para que la ropa se complementara con la parte visual.
Nathalie cuenta que eligió el estilo sport urbano para sus marca, porque en nuestro medio había más diseñadores de alta costura y por esa línea no quería entrar. En consecuencia, se enfocó en prendas que se puedan usar diariamente, que sean tendencias y accesibles.
Dear One, además de vender en una tienda en el Km 12 ½ vía Samborondón, también lo hace en línea y por redes sociales. Se define como una marca dulce, romántica, actual, moderna para una mujer segura de sí misma e imaginativa, que crea combinaciones nuevas y que no está estructurada al típico jean y blusa, sino que le gusta mezclar, ser más atrevidas, además de ser 100% ecuatoriana.
Algo que aprendió la creadora de este emprendimiento durante sus estudios es cómo la clientela se mueve a través de las redes sociales, y por eso asegura que estas son su mayor fuente de difusión para dar a conocer su colección, que va desde vestidos, hasta shorts y blusas.
Recuerda que desde el inicio contrató a una persona que cociera, pero ella es la que diseña, patrona y corta las prendas, pero ahora cuenta con otra persona por la demanda de pedidos.
Reseña también que algunas tiendas de ropa de otras provincias le han propuesto vender sus prendas en sus tiendas, pero esto aún se encuentra en negociaciones, además quiere expandirse más en Guayaquil, porque cuenta que la venta en línea se da para mantenerse, pero que quiere mejorar.
El mayor obstáculo que tuvo que enfrentar Nathalie fue a ella misma, porque le surgía la idea de que no era capaz de hacerlo, o no tenía los conocimientos necesarios, pero durante este año que ha tenido la marca ha logrado aprender y mejorar todo lo que hace.
Asegura que lo que más le gusta de su trabajo es que las personas aprecian las prendas y le dan una retroalimentación que le ayuda a mejorar e inspirarse, además de que se enorgullece de aclarar que esta marca es ecuatoriana y no americana, como muchas de sus clientes le han dicho.