Con una amplia sonrisa, Estela Almeida Solórzano, dueña del local D’ Tete, ubicado en Entreríos, atiende y ofrece a sus clientes todos los días empanadas, copas mexicanas, sánduches y otros piqueos. Su entusiasmo y alegría fueron las cualidades que la llevaron a emprender su propio negocio en el mes de agosto de este año, pues ella, cuando apenas aprendió a cocinar, estaba casi segura de que si aplicaba sus conocimientos y brindaba una atención de calidad al público su empresa iba a llenarla de expectativas.
Este emprendimiento surgió de un momento a otro. Según cuenta Estela, ella jamás había pisado una cocina, por ende, nunca preparó alimentos para su familia. Fue recién a los 48 años que decidió aprender acerca de la gastronomía, puesto que se le presentó la oportunidad de trabajar con su tía, una chef que cuenta con una empresa familiar dedicada a elaborar comida buffet y empanadas chilenas. “Tenía que ayudar a salir adelante a mi hija, fue por eso que acepté la labor, entonces comencé a instruirme por medio de revistas, libros, programas de televisión, ingresé a un curso de cocina, fue así que mientras transcurrió el tiempo, me di cuenta de que le había cogido amor y gusto a la cocina”, confiesa.
Un arte oculto es lo que descubrió esta emprendedora guayaquileña, por lo que optó ir más allá en el mundo de los negocios. Gracias al apoyo que recibió de su tía logró crear D’ Tete. Asimismo, relata que este emprendimiento no solo está conformado por ella, sino también por su hija María Verónica Reyes, de 32 años. “Mi hija fue la que más me incentivó a poner el local, he recibido su colaboración en estos meses, se encarga de la parte administrativa y en las noches me ayuda con las ventas de los productos”, cuenta.
Respecto al nombre del local, entre risas, dice la dueña que surgió de su nieto. “Él cuando era un bebé, me llamaba tete, porque se le hacía difícil pronunciar bien las palabras y desde aquel momento, mi familia y mis conocidos me empezaron a llamar por ese apodo”, agrega.
Por otro lado, el capital de inversión aproximado fue alrededor de 5 mil dólares. Y a pesar de que aún no logran recuperar esa inversión, Estela se siente confiada en que lo hará en breve, ya que dice que, cuando apenas abre el local, (atiende desde las 17:00 hasta las 22:00) las personas se instalan a comprar sus productos. Por lo general, se queda sin nada que ofrecer a las 20:00, lo que para ella significa que su negocio es un éxito.
No es solo la sazón lo que atrae clientela en D’ Tete, sino que además sus precios son accesibles para cualquier bolsillo, manifiesta la emprendedora. Los productos más demandados son las empanadas que tienen un valor de 1 dólar y las copas mexicanas, que van desde 5 dólares. D’ Tete espera extenderse en la ciudad y en otras provincias para seguir ofreciendo todo tipo de piqueos.