El cambio de la jornada laboral a cuatro días con 10 horas diarias de trabajo provocado por la crisis eléctrica, denominado “Pico y Placa Eléctrica”, no resultó atractivo para muchas empresas. Un estudio de 176 empresas concluyó que sólo el 2% adoptó el cambio.
El informe lleva por título “Estrategias de impacto en un Ecuador incierto” y fue elaborado por Andeanecuador Consultores Estratégicos CL, miembro de Deloitte Consulting. El informe detalla las acciones que las empresas han tomado en respuesta a los cortes de energía.
Él “caño y plato eléctrico” Fue aprobado por el Ministerio de Trabajo el 22 de octubre de 2024 mediante Acuerdo Ministerial MDT-2024-200. Se han establecido dos tipos de días:
- Horario de atención de 7:00 a 17:00 horas (10 horas por día), válido para lunes, martes, miércoles y jueves.
- Horario de atención de 7:00 a 17:00 horas (10 horas por día), válido para jueves, viernes, sábado y domingo.
Por ello, la institución saludó una iniciativa de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi) encaminada a garantizar que el 50% de las necesidades nacionales sean alimentadas siempre con luz durante 10 horas diarias, de 7 a 17 horas del día. , de lunes a jueves, y descanso los viernes, sábados y domingos. Mientras que el 50% restante trabaja en el mismo horario los jueves, viernes, sábados y domingos, con periodos de descanso los lunes, martes y miércoles.
Casi dos meses después de la publicación del acuerdo ministerial, el 11 de diciembre se publicó el estudio de Deloitte que mostraba que el 98% de las empresas encuestadas decidieron no acogerse a la medida.
En su momento, Francisco Vergara, presidente de Capeipi, explicó que el acuerdo ministerial era “incompleto” y poco útil, ya que no estuvo acompañado de una decisión del Ministerio de Energía y Minas de establecer cronogramas de racionamiento energético por zonas, para el Puede ser el cambio de día para que surta efecto.
La propuesta de la Cámara incluía el establecimiento de dos zonas horarias de apagón, cada una con 96 horas de energía ininterrumpida, para permitir que las empresas operen. Sin embargo, no hubo reacción por parte del gobierno.
¿Qué más han hecho las empresas para afrontar los cortes de energía?
El estudio, que reúne a empresas nacionales y multinacionales del mercado ecuatoriano, muestra que el 88% de las empresas han optado por utilizar generadores para generar energía durante los cortes de energía.
En cuanto a otras medidas implementadas, surgieron los siguientes resultados:
- El 26% de las empresas utilizó horarios flexibles.
- El 25% prefirió el teletrabajo para sus empleados.
- El 5% redujo sus operaciones.
- El 11% prefirió suspender el teletrabajo para poder continuar con las operaciones en sus oficinas con energía de respaldo, asistencia en la búsqueda y provisión de UPS para sus empleados y el uso de salas. trabajo conjunto para garantizar unas condiciones de trabajo adecuadas.
- El 59% informó un aumento en los costos operativos.
- El 22% enfrenta retrasos en la entrega de productos y servicios.
- El 21% experimentó una caída significativa en su producción y operaciones.
- El 5% tuvo que recurrir a despidos o reducciones de plantilla.
Debido a la implementación de estas medidas, el 28% de las empresas, especialmente de servicios y comerciales, aseguraron que los cortes de energía no tuvieron un impacto significativo en sus operaciones.
Para la mayoría de las empresas (70%), “la información y la comunicación claras” son esenciales para combatir el racionamiento energético.
El 42% de las empresas solicitó flexibilidad en las normas laborales para adaptar sus operaciones a los cortes de energía. El 37% exige subvenciones o apoyo financiero para la compra de generadores eléctricos. Y el 23% dijo que se necesitaba asesoramiento técnico y logístico para optimizar el uso de la energía.
Por otro lado, el informe señala que las empresas también enfatizaron la necesidad de “instalaciones para la importación de paneles solares, acceso a energía limpia y autogenerada, así como la adopción de nuevas leyes que tengan en cuenta la flexibilidad de los impuestos y fomenten precios más altos de la energía.» (I)