Spotify consiguió su primer millón de usuarios en 2010, dos años después de su lanzamiento. Eran otros tiempos. En febrero de este 2016, la compañía anunciaba que había rebasado los 30 millones. ¿El problema? En los poco más de 12 meses que lleva disponible, Apple Music ha conseguido más de la mitad, 17 millones.
La comparativa es algo tramposa, hace tan solo cinco años el mercado de la música por streaming estaba mucho menos maduro y puede argumentarse que Spotify, como entidad independiente, tuvo que luchar para conseguir hacerse un nombre y establecer su marca. Apple, ya solo con iTunes y vendiendo el servicio a través de los mil millones de iPhones que ha vendido, tenía mucho terreno ganado.
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Son, en cualquier caso, cifras interesantes. Por un lado deja claro que, pese a una interfaz muy criticada por confusa y poco intuitiva (su diseño cambiará en gran medida con iOS 10, que se lanza el próximo martes 13 de septiembre), Apple Music ha conseguido avanzar imparable. A poco que los cambios sean a mejor y el servicio añada alguna funcionalidad crítica de Spotify, como la lista semanal de recomendaciones generada automáticamente según tus gustos, las distancias van a irse acortando poco a poco.
Sacar conclusiones futuras en base a un crecimiento previo siempre es arriesgado, pero por el momento parece que la pregunta no es si Apple Music conseguirá rebasar en suscriptores de pago a Spotify, sino más bien cuándo lo hará. Posiblemente mucho antes de lo que muchos, incluso la propia compañía, habían previsto.
Es interesante también porque afianza, que no asegura, un futuro en el que la música se consumirá, sobre todo, vía streaming. La pregunta es si merece la pena afrontar ese consumo con un modelo mixto (gratuito y de pago, como el de Spotify) o premium (solo de pago, como Apple Music).