Son los únicos zapatos que mientras más viejos y sucios están, mejor se ven. ¿Ya saben cuáles? Si no lo han descifrado aún, más razón para que conozcan sobre la historia de Converse, una marca estadounidense de calzado que ha sabido mantenerse en el mercado siendo fiel a su propuesta: tener a la urbanidad como bandera. Conservando su estilo auténtico por más de cien años, y formado parte del mundo de la música tanto como del mundo del baloncesto, Converse tiene un lugar de privilegio en nuestra sección dedicada a las Marcas del Mundo…
Las andaduras de Converse comenzaron en 1908, cuando el emprendedor Marquis Mills Converse decidió empezar una compañía de calzado en Massachusetts que se enfocara en vender directamente a los minoristas, porque “una mejor relación se puede mantener entre un hombre que tiene contacto directo con los consumidores y sabe bien qué quieren”, explicaba la escritora Emily Walzer en su libro Converse: The History of Converse Inc. 1908-1996. Por esos días, según relata la empresa en su web corporativa, lo más importante no fue que la idea triunfó, sino que sobrevivió.
Años más tarde, el leitmotiv de la marca se forjó cuando el Sr. Converse publicó un catálogo de sus productos afirmando que su emprendimiento había comenzado con la creencia de que el mercado requería una compañía de zapatos capaz de ser lo suficientemente independiente como para no seguir a sus competidoras en cada cosa que hicieran. Y las palabras resultaron proféticas con la llegada, en 1921, de Chuck Taylor a la empresa, una estrella del baloncesto que se convirtió en el símbolo del legendario modelo Converse All Star.
Gracias a Taylor, la popularidad de la marca creció como espuma. Y desde entonces la empresa supo aprovechar las coyunturas siendo fiel consigo misma: primero en la Segunda Guerra Mundial, supliendo a los soldados americanos de botas y luego en los distintos escenarios culturales que prosiguieron. El punk, el rock, el metal… los Ramones, Metálica, Nirvana… Los Converse All Star aparecieron en todos lados como los zapatos de los íconos musicales. Y toda esa publicidad sirvió para que la compañía resistiera haber sido relegada del baloncesto por Nike y Michael Jordan.