Cecilia Viteri Miranda y su hija Cecilia Gutierrez, de 54 y 26 años respectivamente, son las emprendedoras detrás de Conservas Tamarilla (que significa tomate de árbol en Centroamérica), una empresa que se encarga de preparar y vender 35 variedades de conversas 100% artesanales además de bocaditos y postres bajo pedido.
Antes de emprender este negocio, Cecilia Viteri tenía una agencia de viajes pero según piensa el estrés que ese trabajo representaba le generó el cáncer de mama que padeció hace tres años; contradictoriamente, la motivó también a dedicarse a lo que siempre le había gustado: la cocina. En consecuencia, a crear Conservas Tamarilla, donde se tiene como filosofía mantener la línea artesanal en la preparación de todos sus productos pensando siempre en satisfacer al cliente. Por esto “cada frasco lleva toda nuestra atención y cariño”, comenta Viteri.
La historia de este emprendimiento empezó en Buenos Aires, Argentina, lugar donde Cecilia se encontraba recibiendo radioterapia. “Un día pasando por un kiosko de revistas vi un librito llamado Empresaria desde tu casa y le pedí al vendedor que me consiguiera libros de cómo hacer velas y uno de conservas”, recuerda.
Como este último se apegaba más al interés culinario que la había acompañado a lo largo de su vida, Cecilia se puso como meta emprender un negocio de conservas al regresar a Ecuador. Con esta determinación en mente, esta emprendedora contrató los servicios de Cecilia de Imprerio, una profesora experta en cocina que había trabajado en el canal Utilissima y fue así como aprendió a hacer sus primeras conservas durante su tiempo libre del tratamiento.
En octubre de 2009 Cecilia regresó Ecuador, organizó degustaciones en su casa y debido a la buena aceptación y demanda decidió formalizar el negocio. “Tuve la suerte de que uno sobrino mío- Carlos Viteri- se interesó en la idea y puso el capital inicial”, cuenta.
Con 35.000 dólares montaron este emprendimiento en septiembre de 2011, el cual Cecilia asegura ha sido un éxito debido a la buena calidad del producto. Otro factor que dice haber ayudado a sacar Conservas Tamarilla adelante es no tener mucha competencia, darle de probar el producto a todos los clientes que acuden al local, contar con variedad y no escatimar gastos de empaque porque “la presentación es muy importante”, afirma.
Como evidente fruto del éxito de este emprendimiento, Cecilia, que se encarga de preparar las conservas y su hija, que se encarga de la parte administrativa del local, inaugurarán una isla en el centro comercial Policentro y una carreta en Plaza Lagos en Samborondón. Además están intentando formar parte de la feria de alimentos más importante del mundo que se realizará en Alemania el año próximo.
“Gracias al cáncer estoy aquí”, asegura Cecilia y por este motivo incorporó el lacito rosado representativo de la lucha contra el cáncer de mama al logotipo de Conservas Tamarilla para de alguna forma aportar a que se tome conciencia sobre esta enfermedad.
Esta luchadora recomienda a los nuevos emprendedores buscar la manera de sacar adelante su idea porque “cuando uno está convencido de que algo es bueno y que va a funcionar, hay que buscar la manera de lograrlo”.