En la vida, como en la empresa o en cualquier otra actividad, el éxito puede ser una bendición o un lastre. A menudo, la sabiduría popular encierra verdades incuestionables y por eso frases como “la soledad en la cumbre” o “morir de éxito” se convierten en sentencias inapelables. De hecho, para la gran mayoría de los especialistas es más fácil sobrevivir al fracaso que al éxito.
Esta vez, sin embargo, te vamos a dar varios consejos para que, si ha llegado por fin el éxito que estabas deseando, seas capaz de sobrevivir a él y sobre todo puedas mantenerlo.
Cuestión de formas
Para empezar, hay que definir qué entendemos por éxito, porque en función de nuestra propia percepción de ese concepto lo afrontaremos de una forma u otra.
Hemos identificado dos formas de llegar al éxito: la que lo busca como un fin en sí mismo o la que lo alcanza por el trabajo bien hecho. En el éxito vinculado a la necesidad de reconocimiento por parte de los demás, es muy fácil caer en la vanidad. Tiene mucho que ver con una falta de autoestima y un deseo imperioso de que hablen de ti.
Mantenerte en la cima
Para conseguir el éxito, hay que ser fiable, debes tener algo que ofrecer y ser conocido. Para seguir manteniéndolo es necesario seguir una serie de pautas:
– No bajar la guardia. Es fundamental seguir preparándose tanto para ese puesto como para otros superiores.
– Mantén a tus aliados. Cuando uno persigue un objetivo, normalmente establece una acertada red de contactos que le impulsan hasta ese fin. Un error habitual es tanto olvidarse de esas personas que nos han ayudado en el camino como no preocuparse en seguir incrementando nuestro networking.
– Gestiona el éxito con el equipo. Si es importante mantener la red de contactos que te ha permitido alcanzar la cumbre, más lo es ser consciente de quién ha estado trabajando contigo en esa dura tarea y ser capaz de ser generoso con tu equipo, reconociendo los méritos de los que están a tus órdenes. Es habitual que cuando se llega arriba, la gente tiende a ir desprendiéndose de los agentes más críticos de su equipo bajo la excusa de que son muy negativos. Busca nuevos objetivos. Siempre hay un objetivo superior al que poder aspirar. La única forma de mantenerse en una posición de éxito es seguir aspirando a más.
Cuidado con los riesgos
Los riesgos del éxito están muy vinculados a nuestra forma de reaccionar ante él. Para moderar los efectos perniciosos sobre nuestro ego, la primera recomendación importante es asumir que el mérito no es exclusivamente nuestro, que hay una participación importante de otros factores como el equipo y la gente que nos ayuda.
– Sigue con tus rutinas. Aunque vayas relacionándote con otra gente es importante mantener los pies en la tierra, seguir con los amigos de siempre, no perder el contacto con el entorno de siempre.
– Ten un espejo de confianza. “El coaching es muy indicado para quien está empezando a tener éxito”, señala Ovidio Peñalver, aunque puede ser suficiente alguien de tu entera confianza, que te escuche de forma activa y que sea capaz de criticarte cuando lo necesitas.
– No pierdas tus valores. Ten en cuenta que son ellos los que te han ayudado a conseguir el éxito. Abandonarlos puede suponer tu caída y, además, arrastrarte a una pérdida de identidad.
– Demora la gratificación. También puede entenderse como buscar deliberadamente la frustración. Por eso es bueno afrontar retos con los que aprender a aceptar el fracaso. “Un ejemplo de esta estrategia es la decisión de Ferrán Adriá de dejarlo todo para tomarse un año sabático, con el riesgo que corre de perder el reconocimiento externo”, apunta el consultor Antonio Galindo.