Para Marcela Yépez alcanzar el éxito es un proceso que no permite apuros. “No te puedes saltar ni escalones ni pasos”, replica esta cirujana plástica especializada en Brasil, que en 1996 fundó su emprendimiento en Ecuador, Clincorp, una clínica estética donde se repite una especie de mantra para explicar su filosofía: “Si la belleza no nace, se hace”.
Basándose en esta creencia, Clincorp ha logrado posicionarse en un mercado que, cuando su propietaria regresó de Brasil, era dominado por médicos varones. Pero Yépez recuerda que los inicios de su emprendimiento fueron duros no solo por eso: tras terminar su especialización en Sao Paulo, volvió a Guayaquil en 1991 y tardó cinco años en forjar las bases de la empresa que administra hoy en día.
Por eso, recalca Yépez, la importancia de los procesos. El primer paso del suyo fue hacerse experta en su rama. Para lograrlo, después de graduarse de doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad Católica de Guayaquil, viajó a Brasil a fin de especializarse en la Universidad Santa Cecilia dos Bandeirantes. Cuando regresó a su ciudad natal, tuvo que alquilar un consultorio y empezar a hacerse conocer en el medio.
Durante este periodo, Yépez también caminaba hacia su ideal: “Me propuse que en cinco años tenía que fundar mi propia clínica”. Lo logró exactamente en ese tiempo, porque “en la vida es importante cumplir las metas”, aunque tuvo que recurrir a un préstamo bancario para financiar la inversión inicial que necesitaba, cercana a los 50 mil dólares.
Clincorp se fundó en donde está actualmente ubicada, en Urdesa, aunque –también parte de un proceso- el edificio ha tenido sus remodelaciones desde 1996. Yépez, con visión expansionista, compró la casa junto a su clínica y para 2010 fundió los dos espacios en la infraestructura que esgrime por estos días.
“Todo es cumplir metas”, dice esta cirujana que atiende a un promedio de seis consultas al día y opera unas tres veces por semana. También es importante no detenerse, por eso Clincorp pronto contará con su propio spa (ya está en construcción) para ofrecer un mayor rango de atenciones a sus clientes.
La emprendedora recalca que no se puede crecer de un día para otro, sino que todo es parte de un gran proceso en el que se “saborea el esfuerzo”. Para los demás emprendedores de Ecuador, Yépez les recomienda comenzar con bases firmes, porque “las cosas hay que hacerlas con conocimiento”. Además, sugiere que no se desanimen, como ella, quien siempre se repite: “Nada me han regalado, nada me ha caído del cielo, todo lo he trabajado”.