La clave para trabajar mejor, dormir mejor y sentirse mejor podría estar enraizada en el diseño, mantenimiento y operación de los edificios donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, según ha descubierto un nuevo estudio de Harvard.
El estudio, realizado por investigadores de la Harvard T.H. El Centro para la Salud y el Medio Ambiente Mundial de la Escuela de Salud Pública de Chan (CHGE) y SUNY Upstate Medical, es el primero en demostrar que el trabajo en edificios de alto rendimiento y certificados ecológicos puede mejorar la toma de decisiones de los empleados mediante simulaciones cognitivas objetivas.
Ellos estudiaron la relación entre las condiciones de construcción y la productividad y bienestar de los ocupantes de diez edificios de alto rendimiento en al menos seis ciudades de EE.UU.
El estudio encontró que los ocupantes en ambientes de oficina de alto rendimiento y certificación verde obtuvieron un 26% más alto en las pruebas de función cognitiva, tuvieron 30% menos síntomas de síndrome de edificio enfermo y 6% más de calidad de sueño que los edificios de alto rendimiento pero no certificados.
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Además del efecto general de estar en un edificio mejor, se encontró que varios factores específicos tenían impactos en las puntuaciones de función cognitiva de los participantes. Los edificios de alto rendimiento y con certificación verde utilizados en el estudio tenían ambientes más frecuentemente dentro de la zona de confort térmico definida por la organización de la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE), lo que resultó en un 5,4% más de función cognitiva en las puntuaciones.
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La iluminación más brillante y enriquecida en azul, como la luz natural, en los edificios con certificación verde, también se asoció con una mejor calidad del sueño durante la noche, lo que a su vez llevó a un mejor rendimiento cognitivo al día siguiente. Este hallazgo apoya la investigación que muestra los impactos de la iluminación sobre el ritmo circadiano: Un mayor contraste en exposiciones diurnas y nocturnas puede ayudar a regular la liberación de melatonina, la hormona responsable de inducir el sueño.