Guillermo Guerrero, de 30 años, es propietario de una fábrica de cervecería artesanal en Guayaquil llamado Porteña.
Este emprendimiento, que ya lleva tres años en el mercado, creó la primera cerveza artesanal de la ciudad y es la primera en tener el registro sanitario del país; un proceso que le tomó a Guillermo cerca de tres años –entre trámites y peleas- para poder vender la cerveza propia del puerto principal.
¿Cómo inició Porteña?
La pasión de Guillermo por el arte de hacer cerveza nació después de haberse graduado del colegio, aprendiéndolo empíricamente en California, Estados Unidos.
Pero también su nacimiento tuvo otra razón: “Empecé mi emprendimiento porque me aburrí de mi trabajo”, indica Guillermo, quien trabajaba como editor y post-productor de vídeos. “No es chévere que los clientes te paguen después de 6 meses, ya que yo estudié para producir, no para cobrar”, menciona.
Si bien en Estados Unidos conoció los pasos básicos en la elaboración de la cerveza, en Quito perfeccionó su preparación, pues en la capital aprendió a hacerlo a base de granos. “Y es lo mejor, porque a partir de ahí tú eres dueño de la cerveza y lo haces como quieres que sea, ya sea dulce, seca, con mucho alcohol, etc”, dice Guillermo, y revela que a partir de ahí se dio cuenta del gran contraste entre la cerveza artesanal y la industrial.
“Cuando aprendes a hacer cerveza, te das cuenta de la diferencia entre una de verdad frente a lo que nos han estando vendiendo acá, que realmente no cumple con lo que exige el estilo para hacer determinado tipo de cerveza”, explica, en referencia a la cerveza industrial que se vende en el país, donde la calidad ha sido sacrificada por los costos.
Él menciona que esta diferencia se percibe no solo en el sabor, sino en los efectos que el producto industrial tiene en el organismo, entre ellos el dolor de cabeza y los problemas estomacales. La razón, según Guillermo, es porque todavía existen elementos que no terminan de procesarse en el líquido, y la producción industrial no respeta el debido tiempo de fermentación durante su proceso de elaboración.
“Acá pasa lo contrario. La cerveza artesanal, aunque llega a ser más costosa, respeta los pasos e ingredientes debidos”, detalla.
Como negocio, Porteña empezó en el 2011: Guillermo preparaba las cervezas en su casa y las vendía de manera informal. Este proceso poco formal también tiene su razón, pues en Guayaquil no había ninguna normativa municipal para que existan las cervezas artesanales en la ciudad. “Me tomó cerca de año y medio, en conjunto con el Municipio, crear esta normativa para que puedan haber más cervecerías artesanales en Guayaquil”, comenta Guillermo, quien especifica que le tomó cerca de tres años en convertir a Porteña en un negocio legal.
Entre otras dificultades, la obtención del registro sanitario también fue un largo proceso. El principal problema fue que al no existir ninguna referencia sobre la elaboración artesanal de la cerveza, no todos los técnicos en alimentos manejaban una misma terminología, por lo que el trámite se negaba constantemente al no llegar a un consenso entre los profesionales.
Porteña se caracteriza por hacer cervezas al estilo inglés, pero también hacen al estilo alemán y americano. En su carta tienen ocho tipos de cerveza, donde cuatro son fijas y las otras cuatro, estacionales. Entre las cervezas fijas están las Robust Porter (negra), la Indian Pale Ale (rubia), Scotch Ale (roja) y la Honey Brew (rojiza, de la casa).
De las cervezas estacionales, una sale en febrero y se llama Ginger Blonde Ale, cerveza rubia y ligera hecho a base de jengibre. En julio tienen la Rouch Beer (Rauchbier), un tipo de cerveza negra y ahumada. En octubre sale la American Pale Ale, cerveza rubia y bastante aromática. Y finalmente en diciembre sale la Sweet Chocalate Stout, cerveza negra a base de cacao.
La producción de Porteña es de 3.000 litros al mes, y su proceso toma alrededor de cinco horas para obtener un lote de cerveza, cada una con un promedio que va 5 a 7% de alcohol. Guillermo importa la materia prima (la cebada y lúpulos) de Bélgica, Alemania y Reino Unido, pues según explica, la cebada de Ecuador no sirve para hacer una buena cerveza debido a la gran cantidad de proteínas que posee.
Cerveza Porteña se lo ofrece en diversos establecimientos de la ciudad, entre ellos: Hotel Oro Verde, Wingers (todos), El Patacón, Manso Hostal, Puerto Charrúa, Casa Menestra, La Pizarra, licorera El Vagón, entre otros. También se lo encuentra vendiéndose fuera de la ciudad, en Machala, Cuenca y Montañita; y próximamente en Quito y Galápagos. Así mismo, Porteña está ligado a las artes y también se lo encontrará en muchos eventos artísticos y culturales del país.
El precio de la cerveza es de 3,25 dólares cada una si se lo compra en la planta, que está ubicado en Mapasingue Oeste (calle 4ta #107 y Av.1era) y abre de lunes a viernes, de 09h00 a 18h00. Ya en los locales, Porteña se vende a 4 ó 5 dólares en promedio.
Próximamente Porteña estará realizando catas de cerveza en los establecimientos donde se vende el producto, en las que se explicará desde cómo se debe tomar una cerveza, hasta ofrecer la mejor opción para cada aperitivo.
Contactos
Celular: 0983343529
e-mail: gerencia@cervezaportena.com
@CervezaPortena