Con granos como el maíz, las mujeres indígenas como Luzmila Meza, preparan el conocido mote, el cual acompañado con frejol, arveja, maíz tostado y choclos, conforman una de las canastas que se venden en cantones como Imbabura, estas canastas pueden contener los productos que el comprador elija.
Segú Luzmila, se trata de un trabajo complejo y muy tardado, por el cual cocinan y preparan diversos granos para el consumo. El proceso inicia con la selección del grano, pues siempre deben ofrecerse granos de alta calidad. La habilidad que tiene para preparar esto es impresionante y llama mucho la atención de las personas de Imbabura. Las mujeres natabuela tienen mucha popularidad gracias a esta forma tan interesante de preparar su producto. Sin embargo, su producción se detuvo debido a la pandemia, ya que no podían transportar sus elaboradas canastas al mercado.
Una alternativa a la pandemia
Debido a la situación que ocurrió en el mundo, las restricciones eran muchas y al no poder transportar sus productos al mercado, tuvo una grandiosa idea. El emprendimiento comunitario Warmikuna Natabuela, se trata de recolectar y vender productos agrícolas a domicilio. Esta gran idea se llevó a cabo con 12 mujeres del mismo pueblo. Cuando una persona adquiere una canasta, tiene la posibilidad de elegir qué productos desea incluir en la misma, entre los productos que ofrecen hay: frejol, piña, arveja, choclo, entre otros. Las canastas se entregan 2 días a la semana, miércoles y sábados.
Cada mujer aporta con granos y verduras que cultivan en su propio hogar, por eso todas juntas logran preparar las canastas y venderlas bajo pedido a domicilio. Incluso algunas de las mujeres que forman parte de este emprendimiento, actualmente están capacitándose en comunicación digital para microempresas. Además, cuentan con un catálogo donde pueden buscar las diferentes canastas básicas cuyo precio parte de los 20 dólares. Se conoce que usualmente venden entre 20 y 30 canastas diarias.
Fuente: Revista Líderes