A los diez años despertó su interés por preparar dulces en general, pero se inclinó por un producto que llamó más su atención y que con el tiempo llegó a ser su especialidad: las galletas. Así empezó María José Noboa (24 años), quien emprendió un negocio de venta de galletas artesanales al que llamó Biscotti, que significa galleta en italiano.
En diciembre del 2012, Noboa comenzó su emprendimiento -con ayuda de su hermana y su padre- elaborando galletas caseras de diversos sabores (chocochips, de avena y chocolate blanco, choconieves, de canela, de limón, entre otros), cosa que esta emprendedora –quien estudió Administración Hotelera de Alimentación y Bebidas- antes hacía solo por hobby.
Su primer mes en el mercado fue fructífero: tras invertir poco más de 1800 dólares para comenzar a funcionar, tuvo una facturación de 2000 dólares, gracia a la venta de más de 200 cajas de galletas.
Por su forma de funcionar, Biscotti no cuenta con un punto de venta especifico, pero se comercializa en un centro copiado, atrás de Plaza Triangulo, en el cual labora su padre. También recepta pedidos por medio de su página web o a través de su perfil empresarial de Facebook: www.facebook.com/biscottigalletasartesanales.
Este emprendimiento ecuatoriano, tiene como meta a corto plazo inaugurar un
local en un centro comercial o independientemente. En cuanto a sus productos, Noboa aspira la creación de más galletas en forma de corazón para San Valentín e incursionar en el servicio a domicilio.
Noboa afirma que para emprender un negocio hay que arriesgarse aunque este logre tener éxito o fracase en el intento. “Hay
personas que no lo hacen por miedo a que pueda fracasar, pero si sale mal aprendes y la verdad lo hago con mucho amor”, confiesa la emprendedora. “Mi papá siempre nos ha metido en la cabeza que tenemos que trabajar para nosotros, y no hacerlo para alguien más. Ese es mi sueño y también darle trabajo a otras personas, es lo ideal”, concluye.