En el estudio de grabación que tienen en lo alto de la urbanización Cimas del Bim Bam Bum, un Cóndor de Oro –máximo galardón a la publicidad en Ecuador- yace desbaratado, con su base empolvándose en el piso y el pajarito dorado, símbolo del premio, incrustado en un espacio de la pared. Ese desdén que los miembros de la productora musical Artesano Producciones muestran por el reconocimiento que se ganaron, atesorado por muchos otros, delata que lo suyo, a pesar de que se han valido de ella para consolidar su emprendimiento, no es la publicidad. Lo que de verdad apasiona a los emprendedores Sergio González (28 años), Hugo Véjar (27) y Juan Zevallos (26) es la música.
Gracias a ella se juntaron en Argentina, en 2009, cuando coincidieron en Buenos Aires por razones académicas. Y gracias a ella iniciaron su emprendimiento, una productora que se instaló en Guayaquil desde 2010 y no ha parado de grabar jingles, piezas musicales para comerciales y otras “artesanías” para diferentes medios que, incluso, han llegado a ser solicitadas por el Gobierno Nacional, para el que elaboraron una campaña que se transmitió hasta en las comunidades indígenas Shuar y Kiwchua en su lengua autóctona.
“Hemos hecho música para todas las marcas importantes de acá”, presume Sergio, ex miembro de la desaparecida banda SK-Van. Los puntales claves que han hecho del emprendimiento Artesano Producciones un negocio exitoso, que actualmente busca integrar una ejecutiva de cuentas a sus filas (interesadas llamar al 6029912), son básicamente la forma “artesanal” en que trabajan y la armoniosa comunión con la que producen sus integrantes, que funcionan con la lógica de un monstruo de tres cabezas, siendo Sergio el músico, Juan el compositor y Hugo el productor musical. Todos ellos, eso sí, con criterio sobre el producto final.
Cuando se refieren a un método artesanal para trabajar hablan de que en su proceso evitan los sonidos pre-grabados descargados de Internet. Si quieren una guitarra, una marimba o un bajo, consiguen el instrumento y lo graban ellos mismos. “Hemos pulido bastante la forma”, comenta Sergio y asegura que este método da un sello personal a todas sus creaciones.
Esa marca propia que define los sonidos de Artesano Producciones ha ido evolucionando desde que comenzaron a laborar en Guayaquil, tras una inversión inicial de 4000 dólares que ha ido aumentando con el tiempo, de la misma forma que han aumentado anualmente sus volúmenes de trabajo: según Hugo, este año han experimentado un crecimiento en la demanda cercano al 30% en relación al anterior. Y, aunque la siguen haciendo porque es lo que mejor paga, también ha causado que empiecen a separarse de la publicidad para dedicarse a proyectos de corte más artístico. Actualmente, los tres “artesanos” cocinan sus propios discos.