“Mi abuelo no le dejó activos a mi papá, realmente solo le dejó un know how”. Con esta frase, David Juez (30 años), quien hizo un EMBA en el IDE Business School, resume el eje fundamental en la historia de la empresa de su familia, que hace cuatro generaciones se dedica a las actividades agrícolas pero recién a partir de 1979, con el padre de David al mando, fundaron en papeles una compañía que hoy por hoy se conoce como Agroaereo S.A.
El emprendimiento de la familia Juez emplea a cerca de 1000 personas (entre fijos y a destajo) y tiene, fundamentalmente, tres áreas de negocio: la siembra de banano, de palma africana y la fumigación aérea de plantaciones agrícolas. Manejan alrededor de 3000 hectáreas de territorio y centran sus operaciones de campo, principalmente, en la provincia de Los Ríos.
Sin embargo, David cuenta que la cédula de la compañía no siempre estuvo tan clara como ahora, sobre todo en sus inicios, cuando no era lo que es hoy, sino un simple conocimiento del negocio agrícola heredado a través de los años. Y es que para hablar de los orígenes de Agroaereo habría que mencionar al bisabuelo de David, don Fred Juez, emigrante libanés quien se asentó en Ecuador en 1920.
Fue él quien emprendió un negocio de corte agrícola en Los Ríos, para luego heredárselo a Joseph Juez, abuelo de David, quien alcanzó el boom bananero de mediados del siglo pasado. En la dirección de su abuelo –cuenta David- confluyeron algunos escenarios políticos y sociales que obligaron a Joseph Juez a entregar su negocio a sus trabajadores, quienes, sin poder administrarlo, la se la devolvieron un año después.
Ya por los años 70, la plaga del banano conocida como “mal de Panamá” minó las plantaciones de la familia Juez y –unida a otros problemas como invasiones- estuvo a punto de sacarlos del negocio de la tierra. Pero Omar Juez, padre de David, tomó la posta del emprendimiento y alquiló 20 hectáreas para seguir con la tradición agrícola.
A partir de entonces comenzó el periodo en que, explica David, pasaron del ‘know how’ (saber hacer) hacia una estructura empresarial formal. “Gracias a eso nunca tuvo problemas con rentas, porque tenía contabilidad y todo. Pocas eran las empresas agrícolas tenían contabilidad establecida”, relata David.
Pero el cambio a la estructuración empresarial no solo implicó establecer una contabilidad rigurosa, sino también a diversificar su modelo de negocios: hasta 1990, Omar Juez se había dedicado a los cultivos de ciclo corto (como el maíz, la soya y el arroz de secano), pero no desaprovechó la oportunidad de retomar el negocio del banano, para luego apostar por palma africana y después –dadas sus propias necesidades- a involucrarse en actividades de fumigación aérea.
Las decisiones han dado, hasta ahora, buenos resultados, logrando el posicionamiento de Agroaereo en la actividad agrícola, la cual en 2011 generó alrededor del 7% del Producto Interno Bruto del país, según datos del Banco Mundial. Y el proceso de especialización empresarial sigue su curso en David y sus dos hermanos, quienes forman la cuarta generación de esta familia emprendedora.