A sus 39 años, Yamil Chedraui cree en la fuerza del mercado. Como si hablara de la “fuerza” percibida por los caballeros de la Orden Jedi, de la serie de ficción Star Wars, este emprendedor ecuatoriano –fanático de los cómics e historietas- considera que los negocios deben dejarse guiar por esa potencia invisible que puede hacerlos mutar durante su evolución. Así le ocurrió a su emprendimiento, Action Planet, una tienda de figuras de acción y cartas coleccionables que comenzó, en 2003, vendiendo calcomanías.
Popular en el mundo de los aficionados del manga, las animaciones clásicas como Mazinger Z y las cartas coleccionables como las de Yu-Gi-Oh!, Action Planet se acerca a su primera década en el mercado erigida como una de las tiendas insignias de su área, con dos locales en Guayaquil (San Marino y City Mall) y uno en Quito (CCI). Su fundador se delata consciente de que su crecimiento se debe a que, en su momento, se dejó guiar por la fuerza del mercado.
Chedraui percibió esa energía cuando, en el primer año de su emprendimiento, en el que había invertido cerca de 15.000 dólares, vendía calcomanías en una isla del centro comercial Policentro. “Se acercaban muchos chicos a preguntarme por la cartas de Yu-Gi-Oh! Imagino que veían algún tipo de similitud con mis stickers, no sé”, recuerda el emprendedor, quien en un viaje a Estados Unidos decidió traer las famosas cartas a su negocio. “Se vendieron como pan caliente”, explica.
A partir de entonces empezó a configurarse la identidad de Action Planet. Una gran ventaja del cambio fue que a Chedraui, desde pequeño, le han gustado los comics. “Obviamente para consumo personal, pero yo hasta dibujaba revistas”, comenta. Ese gusto, en el escenario de los negocios, se transformó en conocimiento: “Como fanático, también sé cuáles son las tendencias, sé lo que a la gente le gusta”.
Con conocimiento de causa, Chedraui ha sabido apreciar el valor de lo retro, entendiendo que otra fuerza del mercado es la nostalgia. Animes de décadas pasadas, como Mazinger Z o el Festival de los robots, así como películas como Alien, Terminator o Star Wars, asegura el propietario de Action Planet, tiene un “interesante” mercado cautivo en el país, que su tienda ha sabido explotar.
Otro entendimiento que le ha valido a Chedraui es el de las cartas coleccionables (Yu-Gi-Oh!, Magic the gathering o Pókemon), que a pesar de parecer sin mayor valor, poseen una riqueza coleccionable que magnifica su costo.
Aferrándose a esta experiencia, Action Planet ha podido mantenerse incluso en periodos económicos difíciles, cuando los primeros sacrificados son los productos que no son de primera necesidad. “En un negocio a veces se pierde plata”, aduce Chedraui y finaliza diciendo que las caídas son parte de la trama.