Según datos del Fondo Monetario Internacional, América Latina sigue creciendo, pero a menor ritmo. En su reporte Actualización de las perspectivas regionales: América Latina y el Caribe emitido a inicios de este trimestre se indica que: En México se produjo una considerable desaceleración sorpresiva de la actividad, mientras que Brasil continuó recuperándose gradualmente de la desaceleración que empezó a mediados de 2011.
En el resto de la región, la actividad económica se ha moderado. En cierta medida, esta moderación es inevitable tras el marcado repunte de la actividad después de la crisis financiera mundial de 2008–09, aunque la desaceleración del crecimiento potencial también está convirtiéndose en motivo de preocupación.
En general, se prevé que el crecimiento en la región de América Latina disminuirá a 2,75% este año (2013), la tasa más baja en cuatro años. Para 2014 se proyecta un repunte moderado a alrededor de 3%, en base a una demanda externa más fuerte y una recuperación del crecimiento en México. Estas proyecciones ¾ de punto porcentual más bajas que las presentadas en la edición de abril de Perspectivas de la economía mundial, debido a un resultado más débil de lo previsto en el primer semestre de 2013 y al efecto en el crecimiento a futuro de condiciones financieras más restrictivas.
Pese la capacidad de resistencia observada en los últimos meses, los riesgos a la baja continúan dominando las perspectivas. En primer lugar, una desaceleración del crecimiento mucho más pronunciada de lo previsto en China podría provocar una fuerte caída de los precios de las materias primas, afectando considerablemente a los exportadores de materias primas de América del Sur.
En segundo lugar, la esperada normalización de la política monetaria de Estados Unidos podría desencadenar nuevos episodios de volatilidad y presiones más intensas sobre la salida de capitales. La región, en general, cuenta con márgenes de maniobra para hacer frente a estos shocks, gracias a niveles relativamente moderados de deuda externa, cuantiosas reservas internacionales, sólidos sistemas bancarios y tipos de cambios flexibles.